Filagrana

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La alarma se encarga de sonar para Chanyoung, el pitido infernal no es tanto problema. Hace lo que puede para alcanzar el aparato chillón, entre la oscuridad que genera su pequeña habitación. Hace un ademan exagerado para tomarla casi a la fuerza y su cuerpo termina dando un vuelco hacia fuera de su colchoneta. Agradece que la diferencia entre el material y el duro suelo no es mucha. Eso no le impide que se golpee la cabeza como un condenado, mientras que el aparato sigue sonando burlesco.

Chanyoung abre los ojos finalmente, tienta a ciegas para poder agarrar el celular. Las luces del aparato ayudan en algo y termina por agarrarlo. Ve que son las cuatro de la mañana, demasiado temprano para cualquier mortal. Mas para Chanyoung ya es un poco tarde, para lo que tiene que hacer ese día. Arrastra su dedo contra la pantalla, apagando por fin la alarma.

Se levanta desordenado de entre las colchas, estas lo hacen trastabillar. Por supuesto que no las vio, sigue en completa oscuridad. Tambalea como si de caminar en cuerda floja se tratase, hasta volver a ponerse derecho en su caminar. El movimiento le roba el aliento, demasiado para su cuerpo adormilado. Mas no se culpa demasiado por su torpeza, cuando no tiene sus gafas puestas.

_Necesito encontrar mis anteojos. _Chanyoung suelta azarado.

Chanyoung tantea a su alrededor, no tiene que hacer mucho para llegar a la pared. Vive en un cuarto, uno que ni siquiera tiene ventana. Demasiado pequeño para alguien como el, teniendo en cuenta que es una persona alta. Chanyoung finalmente encuentra el interruptor de luz, lo golpea de mala gana. La luz le acribilla los ojos de una, así que se dedica a frotarlos un rato. Pensando en que carajos con su vida, por qué no puede tener un pasatiempo mas normal.

Su vista parece negarse a dar tregua, arde porque trasnocho como siempre. La noche anterior la llevo al límite, encargándose del trabajo que tenía atrasado. Editando contenido de eventos, los cuales cubrió como fansite. Estaba atrasado en subirlos a su canal y aun así tenía que ir al aeropuerto a tomar más fotografías. Era muy quisquilloso con su trabajo y no se permitía que alguien mas lo ayudase. Su dedicación iba completamente a su ídolo, había sido así por un par de años. Desde que decidió ser fansite, se había convertido en Filigrana.

El origen del nombre de su fansite era un poco como, un juego de palabras bien hechas. Filigrana era una técnica que le habían enseñado, cuando estaba internado por su ansiedad. Como paciente lo entretenían dándole papel, para que hiciese sus lindas manualidades. Anton siempre hacia la Torre Eiffel, no superaba ese lugar. Desde que había vacacionado ahí con cinco años, junto con sus padres. Cuando aún era una persona y no una calificación.

Chanyoung se apuró a entrar al baño, lavo sus dientes rápidamente. Luego se encargó de lavar también su cara, dándose de cuenta que ya no le quedaba agua caliente. Al menos el agua fría le ayudo a despertarse, animándose a tomar una ducha, para restregar el resto de sueño de su cuerpo. Se vistió con lo primero que encontró, sin pensarse mucho en la pinta. Toda su ropa era negra, cubierto por completo. Incluso ocupaba cubre bocas, junto con sus característicos anteojos cuadrados.

El chico se limitó a tomar solo su vieja cámara de confianza, conocía sus funciones mejor que el resto de las nuevas. Abandono el lugar para tomar un taxi y sin mucho problema llego al aeropuerto. Seguía algo adormilado por la madrugada, pero el frio lo despertaba bastante. En el viaje le había pegado en el rostro, el taxista parecía no tener para la calefacción. No lo critico en voz alta, había sido una tarifa muy barata.




Entrando al aeropuerto se dio de cuenta, su sueño pesado le había hecho llegar un poco tarde. Podía ver el resto de los fansites amontonados, guardando lugar para cuando llegara el artista. Chanyoung se dirigió a una esquina como siempre, evitando socializar con ellos. Era el único chico ahí entre todos, eso siempre lo había hecho ver raro. Se decidió a sentarse entre las escaleras, a revisar que todo estuviese bien con su cámara. Maldijo entre dientes cuando noto que esta tenía un rayón, uno ubicado en los costados de esta. Sabía que todo ese zarandeo no traería nada bueno, debía haberse levantado con el primer timbre de su teléfono celular.

Filigrana || WontonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora