Omega [RayMash]

Capítulo 2

Actualicé antes de tiempo porque estoy de vacaciones, pero les recuerdo una vez más, que la historia se va a actualizar mensualmente, a menos que, justo como en esta ocasión tenga oportunidad de hacerlo antes!!!!

Lamento si algunas partes son aburridas, algunas son tal cual en el anime/manga con cambios adaptándose a este AU, espero que les guste y por favor háganme saber si encuentran cansados los capítulos largos como este!!!

Mash es un chico simple, quiere pastelitos rellenos de crema y va por ellos.

No es que le guste desobedecer a su padre, es solo que el amor que le tiene a su comida favorita vale lo suficiente para romper las reglas, así que no lo pensó dos veces cuando fue a comprar la edición especial de los bollos de crema rellenos que estaban vendiendo en la ciudad.

Bajó el gorro de su capa mientras caminaba en dirección al puesto, hoy estaba haciendo demasiado calor, pudo escuchar algunos murmullos a su alrededor, pero no le prestó mucha atención, cuando llegó, el hombre que lo atendía parecía muy nervioso. El sol ni siquiera estaba tan fuerte hoy, pero él sentía que estaba asándose en vida.

Cuando se dio la vuelta con la intención de regresar a casa, sus pies le hicieron una mala jugada, apenas pudo mantenerse de pie después de casi ver negro, ¿qué estaba pasando? De repente se sentía muy mareado, tal vez debía de quitarse la capa para mantenerse fresco.

Intentaba tener los pies fijos en la tierra para mantener el equilibrio, una gota de sudor bajó por su mejilla, era mucho calor, su lengua comenzaba a sentirse seca junto con sus labios, no podía pensar claramente, su cabeza estaba comenzando a dar vueltas y su piel le ardía, parecida a la sensación de cuando alzaba sus pesas en un día muy soleado y el metal quemaba contra la palma de su mano.

—Oye tú...— Un policía que sostenía una botella se acercó hasta él, pero antes de que pudiera decirle algo el hombre se detuvo a casi un metro de distancia —¿Qué es...? ¿Eres tú? — El tipo llevó una de sus manos hasta su rostro, como si quisiera evitar oler algo.

Fue entonces cuando recordó algo: su celo.

No sabía que estaba cerca, ahora que lo pensaba, su padre había salido a comprar los supresores justamente porque se habían acabado en casa y era peligroso no tenerlos a la mano porque era irregular.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar entre la gente que lo admiraban curioso, dejándole espacio para caminar cada que daba unos cuantos pasos, suspiró en busca de un poco de aire, era demasiado calor, no se sentía capaz de soportarlo.

Buscó rápidamente un callejón con la mirada y en cuanto lo encontró caminó hasta el para recargarse contra la frescura de la pared que estaba cubierta por la sombra de los edificios que lo formaban, su pecho subía y bajaba con fuerza, se sentía muy sofocado.

Finalmente cerró los ojos y perdió el conocimiento, escuchando murmullos a su alrededor hasta que el zumbido que estaba en sus oídos desapareció, fue pura oscuridad.

◇◇◇

Sintió un pequeño golpe en su mejilla que lo hizo apretar los párpados antes de abrir los ojos, lo primero que vio fue a una mujer rubia de amplia sonrisa con dos marcas en su mejilla que formaban una flor.

—Ah, ya despertaste —La mujer puso las manos sobre su cintura.

Pestañeó antes de sentarse sobre la camilla en la que estaba acostado —¿Dónde estoy?

—Te traje a mi clínica, tienes suerte de que haya escuchado el escándalo que se estaba haciendo, las cosas en la ciudad se pusieron un poco turbulentas, pero parece que estás mejor.