capitulo 3

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Continuación...

El ambiente se crispó, el silencio se volvió denso, como si fuera tangible, expandiéndose en cada rincón. Él permanecía rígido, la mandíbula tensa, los labios sellados, su mirada clavada en algún punto invisible, y su puño serrado con fuerza. Mientras tanto, yo lo observaba con atención, escudriñando cada detalle a mi alrededor sin apartar la vista de él.

Todo estaba quieto, solo interrumpido por el susurro del viento que se colaba sin rumbo.

Todos estábamos alerta, preparados para cualquier suceso.

Inesperadamente, todo se desencadenó, rápido como una tormenta que arrasa. Un estruendo ensordecedor resonó en el aire, como un eco prolongado, sin explosiones ni destellos, solo el ruido atronador y el suelo temblando bajo nuestros pies. El caos se apoderó de todo; los hombres se alarmaron, apuntando en todas las direcciones, buscando al causante de aquel estruendo que claramente no estaba en sus planes. Actúe sin pensar, fue mi oportunidad perfecta para escapar de esa pesadilla. Corrí, tratando desesperadamente de alejarme. Pero todo se complicó aún más; otro estruendo retumbó, más fuerte y penetrante. Los disparos resonaron en el aire, seguidos del metálico clic de armas siendo preparadas para el combate, el tintineo de balas siendo cargadas unas tras otras. No pude discernir hacia dónde se dirigían, simplemente cortaban el aire , como si perforan un vacío, o tal vez apuntaban hacia algo invisible. La confusión se apoderó de todo.

De repente, uno de los hombres cayó frente a mí, como una marioneta sin vida. Su rostro estaba bañado en sangre, su cuerpo retorcido en una posición grotesca, sus estremidades doblados en ángulos antinatural. Parecía haber sido atacado por una bestia salvaje. Estaba completamente destrozado. Y no fue el único; una secuencia similar se repitió, hombres cayendo en todas direcciones, sentí el impulso de moverme, de hacer algo, de huir, de escapar de ese caos.

Pero al intentarlo, algo inexplicable ocurrió. De la nada todo cambio; una fuerza misteriosa se elevó sobre la escena. Una oleada intensa de... ¿Fuego?  Un resplandor rojizo envolvió todo. La confusión me invadió, observé mis manos, mis venas palpitaban como si ansiasen escapar de mi piel, pero estaban... ¿Rojas? ¿O negras? Un tono carmesí con un matiz oscuro dominaba mis venas, un calor abrasador recorría mi cuerpo y al mismo tiempo, la oleada me envolvía. Mi piel adquirió rápidamente un tono más oscuro, una energía oscura y poderosa brotaba de mí. Mis manos temblaban, intenté dominarme pero fue en vano, como si mi mente se hubiera detenido o si mi cuerpo desobedeciera mis órdenes. Un aura de sombras me rodeaba, intensa y amenazante, distorsionando la luz a mi alrededor.

Toda esa energía provocó que mi espalda se arqueara, quedando mirando hacia arriba, como si un látigo me hubiera alcanzado.

Me sentía capaz pero débil, sin control alguno. Los sonidos a mi alrededor parecían distantes, como si estuviera atrapado en una botella. Las escenas se sucedían una tras otra, mientras mi ardor interior iba en aumento. Divisé algo que ardía, como si fuera parte del paisaje, una ilusión óptica envuelta en llamas.

Intenté avanzar hacia allí, pero mi cuerpo no respondía. Mis piernas perdían estabilidad y me vi obligado a caer al suelo. Una vez en el suelo, gateé con dificultad hacia adelante, viendo cómo mis manos se volvían cada vez más rojas.

Con esfuerzo, logré acercarme a solo unos metros de aquella ilusión, pero ya no pude continuar. El calor se volvía insoportable, mi mente se nublaba y me sumía en una absurda inconsciencia. Cerré los ojos en un intento por recobrar la cordura, pero fue en vano. Mis fuerzas menguaban con cada esfuerzo, y mi estabilidad pendía de un hilo. Ante la dificultad, finalmente caí al suelo, completamente debilitada.

Entonces, cuando finalmente decaí y creí perder por completo la capacidad elocuente para hacer algo, entonces todo el panorama cambió.

De repente, todo desapareció sin motivo alguno.

No había más sonidos.

No más disparos.

Solo yo. En un lugar oscuro, sin nadie más a mi alrededor. Mi apariencia seguía igual, con la piel oscura y las venas palpitantes. Me quedé allí, tratando de asimilar dónde me encontraba.

Pero no había nada más que oscuridad. Solo minutos después pude vislumbrar algo más que eso.

Una luz roja al final, intensa y cautivadora, se alzó sobre la oscuridad.

Me sentí atraída. Mi curiosidad creció y mi cuerpo se movió hacia la luz sin el consentimiento de mi mente. Avancé como una marioneta manipulada por el titiritero. Cada vez más cerca. Solo un paso más... solo un poco más. Extendí mi mano hacia la luz y entonces...

Fui extraída de manera brutal.....

....

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