The Park Boy

Fourth.
Había perdido la noción del tiempo, pretendía dibujar los crisantemos por horas con tal de poder verle; ahí estaba, en el puesto de raspados justo en la división entre dos caminos, con su linda sonrisa y voz suave, podía verse la amabilidad en sus ojos.
Conocí a Gemini hace un año, cuando en una visita con mis amigos le ayudé a mover su carrito hacía el puesto dónde debía estar.

Durante toda mi vida, la cual era corta porque aún tenía diecinueve años, decía no creer en el amor a primera vista, pero, después de haberlo conocido no podía dejar de pensar en él. No estoy seguro si fue la contraluz que jugó a su favor ese día o la mirada de agradecimiento que confundí como una sutil declaración, cuando caí en cuenta de lo que hacía, llevaba meses visitando el parque.

No había preguntado mi nombre y él tampoco me dijo suyo, lo conozco porque lo leí en su placa aquel día, así que, con tan escasa información creo que podría ser extraño que llegara un desconocido y te invite a salir de la nada; la imagen era tan irreal en mi cabeza que a veces se convertía en una tragicomedia.

- Khun - le diría mientras saludaba. - ¿Te gustaría ir a dar un paseo?
- Seguridad, otro demente en el sector 4.

"Demasiado arriesgado" solía pensar, fue así como terminé observando de lejos, como todo un cobarde.

- Patético. ¿Tímido? sí, pero patético.

Aquel chico alto de tez clara y cabello oscuro se acercó a Gemini, Mark como le había escuchado decir en alguna ocasión, era algo así como su amigo del trabajo o al menos eso parecía. A veces reían juntos, se pasaban latas de refresco y llevaban el mismo uniforme, lo cual era bastante tranquilizante para mí. Se saludaban por un momento y después seguían con el trabajo. En esta ocasión le llevaba una botella de agua, casi dejo caer el cuaderno de dibujo cuando le acomodó el cabello haciendo un pequeño cariño cerca de los mechones de su frente "solo son amigos" — abrió por él la botella — "muy buenos amigos" — tomó su mejilla para apretarla un poco antes de irse. — "maldición".

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Fourth.
Era un día con bastante calor, hace ya una semana de aquella escena que me hizo decidir por fin acercarme a Gemini, había pensado en varias posibilidades y encuentros casuales, sin embargo; creí que sólo ser natural y yo mismo sería suficiente, llevaba conmigo una botella de té helado. El plan era simple, acercarme, saludar, darle el pequeño obsequio, hablar un poco y después con algo de suerte, pedirle su número.

Abrí la botella de té helado antes de dar vuelta por el prado que daba a su puesto de trabajo, Mark le estaba abrazando por un lado; por reflejo aplasté la botella con mi mano haciendo que la tapa saliera proyectada "maldición". 

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Gemini.
Estoy seguro haberlo visto correr después de tirar la botella, entre las personas que venían hacia el puesto de raspados, lo perdí de vista.

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Fourth.
"Les recordamos a nuestros queridos visitantes que se está acercando la hora de cerrar puertas, favor de dirigirse a la salida más cercana" anunciaron los altavoces. Mire el reloj, casi eran las seis de la tarde, no era sorpresa que ya fueran a cerrar.

- Debí de haberme acercado mucho antes. - dije para mis adentros, mientras recargaba de nuevo mi espalda en la base de aquella pared de piedras que formaban parte de un camino; es un chico muy lindo, es obvio que no estaría siempre disponible, si es que lo estuvo alguna vez. Mis pensamientos fueron frenados por una botella fría tocando mi mejilla. - Gem.. - dejé de hablar de golpe, se supone que no sé su nombre.

Gemini me dio una sonrisa parecida a la que da a los niños que piden raspado de fresa y se sentó a mi lado antes de hablar. - Fourth ¿cierto? - ¿sabe mi nombre? ¿cómo es que sabe mi nombre? - Estudias en Thonburi ¿no? - por la pequeña sonrisa, me da entender que vio mi cara de sorpresa. - Estudio en el departamento al lado del tuyo. - amplió aquella linda sonrisa. - Tenía muchas ganas de presentarme. Soy Gem.

- Gemini - terminé por él.
- ¿Te molesta si...damos un paseo después de que el parque cierre? - Y en ese momento, la contraluz volvió a jugar a su favor, coloreando un tenue halo alrededor de su rostro, me mostró la misma mirada del día que nos conocimos, sentí los vellos de mi nuca erizarse y de nuevo mis orejas calientes, bajé la mirada mientras asentía con la cabeza "maldición".

Fin.

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Hola! Después de algún tiempo, paso a saludar, como siempre espero disfruten leerlo así como yo disfrute escribirlo, hace bastante no escribía en primera persona, fue divertido.

Puedes dejar una estrellita si así lo deseas, me haría muy feliz y si llegaste hasta aquí, gracias, los/las quiero. ✨☀️