Aquella tarde de un verano mas exactamente en un mes de julio me encontraba postrado de pie en la madera de un viejo muelle. El tiempo acumulado que este tenia provocaba que la misma madera rechinara ante el peso de mi joven cuerpo. Un par de nubes en el cielo me daban una comodidad al esconder los rayos del sol que si me descuidaba quemaban mi piel sin piedad. Mi camisa color gris se encontraba sobre el bote en el que habia salido a pescar unos cuantos peces para la cena a lo que mi torso se encontraba desnudo. El bote también era algo viejo pues papá lo tenia desde su juventud aproximadamente en la misma edad que yo (19 años en ese entonces). MI hogar se encontraba cerca de ese muelle subiendo una colina demasiado inclinada aquella casa a la que llamaba hogar era un hogar bastante hogareño al estilo de una cabaña en la cima de un acantilado. Ventanas, persianas y puertas de madera construidas con un meticuloso cuidado. Sostenia en mi mano derecha mis zapatos ya que me los habia quitado para no mojarme al pescar ya que solia hacerlo con shorts y en la mano izquierda sostenia las aletas de los peces que habia pescado. Aquella tarde no dejaba de admirar el cielo pues las nubes dejaban pasar algunos cuantos rayos que alumbraban el horizonte inmenso que se encontraba ante mi. El bote de papá comenzaba a ser agitado bruscamente por las ondulantes olas de la marea que estaba por subir pues faltaban unas cuantas horas para que el sol comenzara a esconderse a lo lejos del horizonte y que la noche cobijara al mar. Con mis manos ocupadas, mi torso al descubierto, el bote con el que habia pescado amarrado a uno de los mastiles del muelle, los peces con miradas vacias. A lo lejos a un lado de aquel muelle mamá llamaba por mi en aquel acantilado a lo que enseguida subi para llevar la pesca de aquel dia.
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El bello velero
FantasyLa hermana de Alex tomo un velero en aquel muelle, el velero era de su padre ausente. Dulce era el nombre de su hermana y le había prometido ir a buscar un antídoto a su enfermedad en otra isla vecina. Así que simplemente tomo el timón y esparció la...