CAPITULO 2

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ENCERRADO

Al llegar al segundo piso no tenía muchas opciones para esconderse así que se metió bajo su cama. Ya no podía pensar, ya no podía ni siquiera respirar ante la presión que le causaba el saber que estaba encerrado en su propia casa con aquel azabache y lo peor, no estaba seguro de lo que era capaz de hacerle bajo esas circunstancias.

- Así que quieres jugar a las escondidas ¿eh?, bien pues entonces te buscaré jeje -En ese momento se puso a cantar una canción parecida a la de Fredy Krueger, pero en su propia versión-

- Uno, dos, escóndete que ahí voy –mientras subía las gradas para buscar a Naru-

No tenía muchas opciones en donde esconderse, con su pensamiento anulado en ese momento, las posibilidades de encontrar soluciones a sus problemas parecían no existir. La mente humana se rige por la razón, pero cuando las emociones la invaden, el raciocinio empieza decrecer de tal forma que, a mayor emoción menor razón y las emociones del rubio, estaban a flor de piel, una gran ventaja para su victimario y el azabache, lo sabía. El ojinoche era astuto, sabía lo que hacía y sabía que pronto degustaría su presa, solo era cuestión de unos momentos o algunos pasos más en aquella casa.

Flash Back

La situación para el pequeño rubio empeoraba cada vez más, había tenido que dejar de utilizar su facebok debido aquellos mensajes indecorosos, ya ni siquiera revisaba su correo pues también allí recibía mensajes que lo único que le provocaban era trastornarlo más; le había tomado el consejo a Neiji, había cambiado su número de celular y por supuesto, también las rutas y horarios de sus destinos.

Sus amigos trataban de no dejarlo solo por nada del mundo estaban preocupados por el comportamiento que el pequeño kitsune tenía de hacía un tiempo para ese entonces, comía menos, casi no dormía, empezaba a padecer de delirios de persecución y se mantenía demasiado alterado, por lo que cualquiera que se le acercara de repente o le hablara cuando estaba distraído por tanto pensar en la situación, le alteraba sus nervios. Sus notas empezaban a decaer y poco a poco su sonrisa empezaba a desaparecer.

- Naru-chan no puedes seguir así, te vas a enfermar

- No tengo hambre Ino y no estoy de humor para sermones ttebayo –decía cabizbajo-

- Creo que deberías de hablar con el director y contarle todo

Ino convenció a Naruto quien se dirigió hacia la dirección del plantel para hablar con su director, estaba nervioso ¿Qué le diría? ¿Cómo le explicaría la razón? Además, tenía que informar del cambio de celular ya que, por reglamento de la escuela, los números de teléfono y direcciones de los alumnos, así como los nombres de sus encargados, deberían estar siempre actualizados por cualquier emergencia. Estaba claro, esa era la forma en que debería iniciar la conversación.

El rubio atravesó todo el campo para llegar más rápido con el director, vio hacia un costado y pudo darse cuenta de que allí estaba el ojinoche; no lo dudó y prácticamente empezó a correr, entre más pronto llegara sería mejor para él; no podía seguir demorando aquella situación, eso sería darle ventaja a su acosador y no estaba dispuesto a dejarse ganar la batalla a pesar de sentirse aterrado. Sus pensamientos le inundaban y sus emociones lo mareaban hasta provocarle nausea.

- AHHHHHH –gritó el pequeño cuando era interceptado por el azabache-

- Tranquilo, no voy a hacerte nada, sólo quería saludarte –sin soltar al rubio-

- Esa no es forma de saludar ttebayo –respondió muy asustado -

- Gomene, pero quería verte ¿Acaso no está claro?

Obsesión (Cuando el Acoso se Vuelve Tortura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora