Que mala idea fué pensar toda la tarde en el, aquel chico que con solo mirarlo me creo múltiples sentimientos, solo sabia su nombre...
Pero ¿que más da?
Acá estaba, intentando dormir aunque sean dos minutos, ese chico pertenecía a mi mente, cerraba los ojos y allí estaba. No podía.
Pensé que auto complacer me ayudaría, aunque creo que lo empeoró. Esa mañana desperté todo mojado, sudado, me faltaba el aire.
Fue tu culpa.
Por culpa de el así estaba, mi mano subía y bajaba, a veces lento y otras rápido, nada lo solucionaba.
Decidí ir a la clásica, prendí la computadora y entre a la página, de vez en cuando lo hacia, habían pasado semanas de el último.
Buscando, bajaba y bajaba con el mouse, ninguno me parecía lo suficientemente interesante para parar esto.
¿QUE?
Me había encontrado a alguien muy aparecido a él... O era ese realmente.
Me concentre en sus ojos, para comprobarlo. Sus ojos, seguían igual de brillantes, como si de una gema se tratará.
Si. Era el.
Estaba muy sudado y algo rojo, sus cabellos bajaban a su frente y se pegaban en esta por su transpiración. Si, como si de una maldición se tratará, mi mano se pego a mi amiguito, el hacia lo mismo, subiamos y bajabamos al unísono.
Ojalá no fuera atraves de una pantalla Sí, pensé eso.
No me había dado cuenta, estaba en directo. Me atreví a con la mano aun limpia, tocar el teclado.
omanrkx: te llegó bien el paquete?
Resaltó una luz en su cara por la pantalla, observó el chat, este se quedó pensado, hasta que note como miraba fijo y guiñaba un ojo. Explote en mi mano.
Necesitaba volver a verlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cansado, después de una ducha, me acosté mirando el techo. Que me había pasado, trate de pensar que todo eso había sido una simple imaginación, aunque muy dentro mío -si, ojala la tenga muy dentro mío- quería que haya sido real.
Esta vez, agarre mi celular y procedi a buscar la misma cuenta, trate de no ver lo que no debía para comenzar lo que recién había acabado.
Busque su Instagram, y sin querer se apretó el botón de seguir. Impaciente, esperaba en la barra de notificaciones una nueva, pareciera que lo habría llamado con la mente.
Trate de calmarme, aunque sabiendo que el pibe más hermoso del mundo -con el que me acabo de pajear- me había devuelto la solicitud de seguir, estaba feliz.
Mire la hora:
4:56 am
¿CUÁNDO SE HICIERON LAS CUATRO DE LA MAÑANA?
Tape mi rostro con la sabana e intente dormir, me había olvidado que a las 7 sonaría una alarma y tendría que salir a laburar.
