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Narra Matías Recalt

Enzo besaba tan bien, tan lento, sin prisa su cálida lengua invadiendo levemente mi boca, sabía como chupar y morder en el momento justo, fue inevitable que pequeños sonidos vergonzosos saliera de mi boca. Pude percibir que Enzo soltó un leve susurro sobre mis labios que no logré entender, sus grandes manos apretaron mis glúteos presionandome contra su erección, solte un gemido al sentirlo aun sobre la fina tela del pantalón. Podía oir su respiración agitada y era lo más excitante del mundo.

Detuve el beso para poder respirar, nuestros hombros subían y bajaban al compás, quede encantado al ver los ojos de Enzo oscurecidos por el deseo, no resistí y volví a besarlo agarrando algunos mechones de su cabello para tener algo entre mis manos ansiosas.

Enzo me movió empujandome hasta acostarme en la cama para después acomodarse sobre mi, su rodilla se desliza mis piernas abriéndolas para poder acomodarse entre ellas. Metió sus manos por debajo de mi remera acariciando mi cintura y pecho mientras devoraba mis labios.

La ropa comenzó a sobrar, hacia demasiado calor, a tal grado que sentía que me estaba sofocado, recorrí su musculosa espalda con mis manos hasta llegar al dobladillo de su remera, la eleve un poco inseguro de si quitársela o no, hasta que Enzo se separó quitándose el mismo la remera, tirandola hacia un costado.

Enzo vuelve a su posición anterior solo que estaba vez se concentra en dejar mordidas por mi cuello que no eran tan fuertes, para no dejar ninguna marca que despues la camara pudiera captar. Dude si tocarlo pero el mismo agarró una de mis manos y la pasa por su abdomen e torso marcado, en todo momento sus ojos no se apartaron de los míos. Tarde en reaccionar pero cuando lo hice volví a pasar mi mano por sus músculos, en ese momento me puedo declarar fanático de su cuerpo.

Gimo al sentir como muerde una parte realmente sensible en mi cuello, subo mis manos hasta la parte trasera de su cabeza mientras cierro los ojos disfrutando de la sensación.

Enzo se separa un poco mientras abre más mis piernas quedamos viendo fijamente por algunos segundos. Yo aprovecho para observar su rostro frente al mío. Me levanto un poco apoyándome sobre mis codos para poder besar su cuello lentamente, lo oigo suspirar disfrutando del suave toque. Su piel es tan suave, y huele a jabón e perfume varonil.

Sus manos se mueven hasta el final de mi remera y me la quita por encima de la cabeza, sus ojos escanean mi cuerpo desnudo logrando ponerme nervioso.

Me sonríe coqueto volviendo a juntar nuestros labios presionando su erección contra mi intimidad aun sobre los pantalones moviéndose suavemente causandome gemidos "¿Te gusta sentir mi erección entre tus piernas?" Susurra roncamente en mi oído moviendo aún más sus caderas para que sintiera lo afectado que estaba "Me tienes duro Matías" confesó lo que era obvio mientras sus manos subían de mi cintura hasta mi pecho pelliscando mis pesones sin detener sus movimientos de cadera "Y ahora te harás cargo" con una de sus manos agarró varios mechones de mi cabello tirandolos causando que mi cabeza se mueva hacia atrás, solte un jadeo al sentir la sensación de dolor, él aprovecho para meter dos de sus largos dedos dentro de mi boca.

Penetro lentamente mi boca con sus dedos profundizando cada vez más, obligándome a relajar mi garganta para no sentir ahorcadas, aveces daba pequeños tirones en mi cabello para que abriera un poco más la boca, mi lengua se movía instintivamente rodeando los dedos de Enzo de forma que yo esperara fuera sensual.

Mientras abusaba de mi boca de reojo pude notar como desabrochaba los botones de su pantalón bajándolo solo un poco dejando a la vista el inició de su bóxer, no pude ver nada más porque el volvió a tirar de mi cabello para que lo mirara a los ojos. El quito lentamente sus dedos de mi boca acariciando mis labios en el procesó centrando su mirada oscura en estos, fue inevitable que pasara mis lengua por mis labios para humedecerlos al sentir su mirada fija, rosando los dedos de Enzo que aun no se alejaban de mi boca.

||Un Secreto Detras De Cámara|| Enzo Vogrincic x Matías Recalt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora