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- perdón yo...
- Parece que no soy el único que se esconde aquí.
Le sonrió a Yoongi.
- Debí anunciarme lo siento.
- vamos, no te disculpes
¿Cómo te llamas?-Yoongi Min... Ah, perdón es Nim ¡Ah! Min, Min Yoongi.
Se escuchó una risa igual de melodiosa.
- Un gusto Min Yoongi, mi nombre es Jimin, Park Jimin.
-Lindo... Lindo nombre, bastante sofisticado.
Jimin sonrió con ternura al ver a Yoongi sonrojado y algo nervioso.
-¿Sabes tocar el piano?
-Ah, no soy un profesional, pero, sé qué tecla hace que sonido.
-Excelente, ya que estás aquí, toquemos algo juntos.
- Oh, no, no podría, sigue haciéndolo tú, se escuchaba precioso.
El rubio lo miro algo apenado, sonriéndole con ternura y Yoongi no pudo apartar sus ojos de aquel chico, su corazón danzaba con la hermosa melodía, pero no se comparaba a los arranques presurosos que pegaba en su pecho cada vez que aquel personaje lo miraba y sonreía, desde ese día Yoongi supo que el cielo existía, porque si no era así ¿De dónde podría haber salido ese bello Ángel?
Yoongi no era cursi, pero sí qué sabia admirar la belleza, no solo la física, Min Yoongi era un loco empedernido cuando algún tipo de arte rozaba cualquiera de sus sentidos; sus amigos le decían el astronauta porque siempre estaba en su propio planeta y aunque no les daba la razón, sabía que era diferente, su padre se lo recordaba siempre con sus retorcidas frases:
"¿por qué mierda no eres normal?"
"¿Productor? Eso es para gente con talento, tú ni siquiera puedes sacar una calificación promedio en inglés"
"¡TUS MALDITAS PARTITURAS SERVIRÁN PARA LIMPIAR EL TRASERO DE UN VAGABUNDO PERO NADA MÁS!"
"Que bueno que tu madre no está con nosotros, sería devastador que viera en lo que te has convertido"
Después del encuentro que tuvo con Jimin, sus días grises empezaban a tener pequeños vestigios de color, tenían tanto en común, se volvieron cercanos tan rápidamente que a muchos les pareció extraño, pero simplemente eran almas gemelas.
Se encontraban todos los días a la misma hora en aquel salón que presenciaba las cálidas sonrisas y las pícaras miradas, así como también el día que Jimin se quedó esperando a Yoongi hasta muy tarde, aquel salón de ventanales preciosos y cortinas rojas presenció la desesperación del rubio después de ver que Min Yoongi no volvió durante dos semanas.
A la tercera semana de la esperada ausencia escucho la melancólica tonada de aquel hermoso piano; se acercó a la puerta y vio al pálido sentado frente al piano, dispuesto a reclamarle por su ausencia, corrió hacia él y fue bajando la velocidad a medida que el dolor de su pecho se incrementaba al notar en aquella piel de porcelana pequeñas marcas violáceas, Yoongi solo volteo a mirar a Jimin y con una forzada sonrisa le dio a entender al rubio lo que había pasado.
Min Yoongi además de soportar los comentarios mal intencionados de su padre, también aguantaba y callaba el maltrato del que era víctima.
Ese día no hubo música y en medio de aquella suave brisa que empujaba las cortinas del pequeño salón, Park Jimin lloro como si los golpes los hubiese recibido él.
Un abrazo, un par de lágrimas y dos brillantes almas que se veían opacadas de vez en cuando por los problemas de la vida, uno con un padre maltratador y otro huérfano con un oscuro secreto.
Hasta aquí este capítulo, me hubiese gustado dar un poco más de historia pero solo el primer capítulo fue largo, de aquí en adelante la historia se llena de recuerdos así que serán capítulos cortos. Muchas gracias por leer.
Les escribió SuibianDeMin, hasta la próxima.
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Loverman
Fanfiction"Todos, en algún momento de nuestra vida, vamos a experimentar el duelo, uno de los acontecimientos más estresantes que como seres humanos deberemos afrontar. Cada persona vive de manera diferente el duelo, la gran mayoría logran recuperarse y aunqu...