EL OBSEQUIO PERFECTO

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EL OBSEQUIO PERFECTO.
POR: MaxineWinters19.

Seguimos con la celebración para nuestro rebelde. Porque un oneshot nunca es suficiente 💞

Resumen: ¿Qué le puedes obsequiar a un hombre que hasta ese momento tiene todo lo que siempre ha querido?
💞😍💞😍💞😍

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Nueva York; 28 de Enero de 1934.

—.. Terrence ¡Terrence! —Llamo por doquier la actriz, Eleonore Backer buscando a su hijo presurosamente, había llegado a la casa del actor esa mañana únicamente para abrazar a su hijo y celebrar su cumpleaños. —¡Terrence Graham! ¿Dónde estás, cariño? Nos esperan hoy.

Ese día, era el cumpleaños número 35 de Terry, el joven se mantuvo sentado en una mecedora que se encontraba de frente a un palco cuya vista daba a la ciudad, en una mano, seguía en pijama, tenía un vaso con whisky, en la otra, un cigarrillo, siempre recordaba su vida, recordaba que ya no era tan joven ni tenía los mismos ánimos que antes. El famoso actor Terrence Graham, según los diarios, era la estrella Neoyorquina tanto en teatro como en el cine, aquel hombre exitoso parecía tenerlo todo: una carrera en ascenso, una hermosa casa y un grupo de amigos leales.

Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Terry guardaba un anhelo que lo consumía día a día: reencontrarse con el amor de su vida, Candy, su adorada pecosa a la cual no había dejado de amar.

A la puerta, se asoma la actriz, quien no tardo en sentirse indignada por como su hijo estaba tomando las cosas ese día.

—¡Terrence! ¿No te has vestido? Ya Karen debe estar en la ciudad y eres uno de los invitados principales.

—Hola madre ¿Cómo has estado?

—Estresada por el simple hecho de tener que perseguirte ¡Feliz cumpleaños, mi amor! —La actriz se apresura a ir con él para estrecharlo entre sus brazos. El actor se dejó abrazar por la rubia quien sabía cómo se ponía su hijo en esas épocas —Pronto te empezarán a salir las canas y para eso aún no han inventado nada genial.

—Sí, apuesto a que mi amigo Stear hubiera inventado algo similar a los tintes y que fuera permanente.

—Mis canas lo agradecerían. Pero por ahora quiero que salgamos, tenemos mucho que hacer y no quiero negativas por parte tuya —Exigió la actriz soltando a Terry y dirigiéndose al closet para buscar algo bonito para él.

Habían pasado diez años desde que Terry y Candy se habían separado, y a pesar del tiempo transcurrido, el recuerdo de aquella historia de amor seguía vivo en su corazón, Albert siempre le escribía haciéndole saber de su pecosa, aunque en los últimos meses no había tenido respuesta de parte suya... Siempre recordaba ese año nuevo cuando se conocieron en aquel transatlántico, jamás pensó que ese barco viajaba quien sería el amor de su vida, su dolor de cabeza y la causa de sus tristezas y alegrías.

Desde que la vio, la amo con todo su ser, sin saber que su relación con ella estaría llena de pasión, complicidad y amor... Sin embargo las cosas no salieron bien.

Desde el momento de ese maldito accidente dónde Susana Marlowe perdió una pierna y a él  le tocó irse por el honor y la responsabilidad, sus días fueron tristes y vacíos. Candy se fue y él no fue capaz de perseguirla y suplicarle, fue uno de sus más grandes errores. Deseo por mucho tiempo haber sido quien perdiera la pierna, quizás ella se hubiera quedado, quizás así no se sentirá miserable. Pero ya era tarde para reproches, Susana estaba muerta, él era un hombre libre pero aun así, el hecho de no buscar a Candy le remordía la conciencia.

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