Al Límite.

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Manos golpeando, pies pateando. Uñas arañando y jadeos desesperados que eran acompañados por algún que otro grito.

Desesperados, mentes asustadas.

[Esta sensación...]

La joven, agotada, llena de barro y heridas sangrantes. Con un cuerpo pesado por su propia fatiga, y entumecido de tanto esfuerzo.

Sus manos enguantadas se trataban de alzar entre las personas, tratando de empujarles con delicadeza para evitar herir a los civiles.

[Que horrible sensación. Es igual, a aquella ha esas tantas veces... la suciedad era tal, que ni el olor de mi propia sangre podía sentir. Los golpes eran tantos, que habia un punto en el que simplemente no se sentian].

"¡T-tranquilos!" su grito fue tragado por los alaridos desesperados de las personas. "¡Yo les voy a salvar, n-no teman!".





[En este mundo no todos nacen igual].






"Auch... ¡¡Oye, se supone que estamos jugando, Bakugou!!".

"¡No seas llorón! A ti te toco ser villano, aguantatelo como hombre".

Bakugou siempre fue un niño muy arrogante. Tenía un espíritu muy admirable, pero aveces podía ser un gran patán.

Todo por su peculiaridas: Explosión.

Al sudar nitroglicerina, este la podía detonar a voluntad para así generar explosiones.

El quirk perfecto para ser héroe.

[Cuándo era niña, en la casa de los padres de Bakugou la tía Mitsuki siempre me prestaba un pequeño libro que contaba la historia del mundo. El nacimiento del bebe brillante, la era oscura y el surgimiento de las peculiaridades].

A lo lejos, una niña de cabellos verdes rizados, rostro pecoso y ojos color verde esmeralda. Se columpiaba en el columpio del parque, mirando a la escena comenzada por su amigo con preocupación y cierta decepción.

No le gustaban esos juegos violentos. Era muy aislada por lo mismo, la mayoría de juegos que inventaban el grupo de Bakugou tenía una temática similar.

Solía detenerlos ella por lo mismo, pero hoy fue distinto.

Cuando detuvo el columpio para ir donde Bakugou, un extraño olor invadió su nariz.

Un olor, similar al hierro de las cadenas del columpio que quedaba impregnado en sus manos tras bajarse de este.

Aun qué esto era distinto de alguna manera...

Este se sentia nauseabundo.


[En ese libro, contaban como incluso después de todo, incluso después de que alguna vez los villanos dominaron, los heroes pudieron sobreponerse ante el mal. Que las muertes en el camino habían valido la pena, y que el mundo de ahora era el mejor en el que podiamos vivir. Eso me hacia sentir super feliz, y sentía que la simple existencia de mi héroe favorito significaba lo único que tenía que ver para decir que era verdad... que equivocada estaba].

"¡No vuelvo a jugar con ustedes nunca más!".

"¡Vamos amigo, no te pongas así!" frustrado Bakugou hizo un puchero, cruzandose de brazos.

Transform: Una Chica Miserable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora