Capítulo I La novia

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La novia se levanta del suelo, y recoge sus ropas rasgadas, se pregunta ¿cómo podría ella mirarle nuevamente a la cara de su prometido?, sale del motel donde estuvo con uno de sus múltiples amantes, sus moretones arden, ¿Cómo podrá ocultar los moretones en su brazo? Coge un taxi y este le mira con desprecio, si, esa es la mirada que despierta en todos ahora mismo, el desprecio y la crítica, evita mirar a los ojos del conductor y al dejarla en el lugar indicado, ella baja del taxi, descalza, pues su amante le boto los zapatos, este amante en particular le gusta verla como una mendiga. Revisa su teléfono y no tiene mensajes de él, No, por supuesto que no, ¿Acaso no sabe lo mucho que este amante la desprecia? Muy claramente le ha hecho saber, que la quiere ver como una ramera en las calles, y no viviendo la vida de reina que vive ahora. Paga el taxi y al instante se abren las puertas, unas enormes puertas de madera.

El novio no está, y ella lo sabe, por eso se fugo con uno de sus amantes, entra y se escabulle en el jardín y es sorprendidas por uno de los empleados

- ¿Por qué te escondes? – le pregunta el empleado - ¿Acaso no sabes que hay cámaras por todos lados?

- Siento vergüenza – Replico ella – No quiero que él lo sepa

- ¡Oh!, Pero ya lo sabe – dijo el empleado - Lo supo desde el primer momento en que te escabulliste por el portón y te vino a buscar ese hombre

Y llegados a este punto, ella cayo en cuenta que en efecto nada escapaba de su mirada, se levantó con su semi desnudez, y atravesó el jardín, el empleado la detuvo antes de pisar la casa, justo en el umbral y le entrego un manto

- El señor dijo, que te tenias que colocar esto antes de entrar a la casa, no puedes entrar a la casa sin esto, pareces una mujer de la calle y los empleados podrían confundirse y matarte por ser una intrusa, si llevas este manto, con el sello de la familia, te reconocerán

Ella tomo el manto y sus lagrimas se escurrieron por su rostro, era verdad, ella no podía entrar en esa casa tan distinguida luciendo como una cualquiera, tiene que arroparse con el manto de su prometido para cubrirse su vergüenza

La casa es realmente grande, con mucho lujo y muchas personas al servicio, tantas que, ella no sabe realmente cuantas personas están al cargo. Atraviesa el gran vestíbulo y llega hasta su cuarto, se encierra allí y sus lágrimas caen

Su prometido es una persona muy contradictoria y sin embargo de algo esta segura, ella no podría alcanzar nada que no fuera por él, no solo le salvo la vida infinidad de veces, sino que perdona sus infidelidades una y otra vez. La ama mucho, de eso no hay duda, pero a veces se siente culpable porque lo entristece, como hoy, por ejemplo, ella sabe que su prometido se fue de la casa por la tristeza que le causo su infidelidad

Si tan solo pudiera ser mas fiel, definitivamente me casaría con él, seriamos una sola persona y tendríamos una común unión todos los días, sin embargo fue muy claro conmigo, No me desposara hasta no estar seguro que mi corazón le pertenezca solo a el

Su prometido la encontró un día, en un charco de lodo y sangre llena de auto conmiseración, ella estaba como una mendiga, huérfana de padres y semi desnuda, incapaz de hacer algo por si misma y golpeada por los múltiples amantes que venían y abusaban de ella, Ella no sabía lo que era el amor, asi que solo creo una vil dependencia a las pocas muestras de afecto de sus amantes, se aferro a cualquier cosa que le demostrara amor, pero sus amantes solo la acariciaban con lujuria, solo la usaban y la dejaban en esa misma calle cubierta de lodo y con las marcas de las manos de sus amantes por sobre todo su cuerpo, abusada y desahuciada, así la encontró el

En un charco de lodo y sangre, su propia sangre por haber sido golpeada y vejada por tantos y tantos amantes. Ella lo recuerda perfectamente, estaba en posición fetal, cuando vio por primera vez sus zapatos, sencillos, humildes. Y pensó que era una persona cualquiera, entonces le miro y vio en ellos una compasión que nunca había visto en nadie mas

- ¿Quieres venir conmigo? – le dijo

Ella suspiro, no había dicho que no

- ¿Puedes salvarme?

- Solo ven conmigo – insistió – y si no te gusta puedes volver a este callejón y acostarte de nuevo en el lodo

Ella asintió y al instante unos hombres trajeron unas gruesas cobijas y la arroparon, la cargaron y la subieron al auto, y allí empezó una relación que ella no puede entender. La relación con su prometido

Una vez la novia llego lo que vio la dejo boquiabierta, nunca había visto un lugar tan hermoso y pacífico. El gran patio lleno de hermosas flores y arboles frutales, la belleza de los animales que pastoreaban pacíficamente en ese lugar, todo en ese recinto llenaba de paz, los arroyos fluían tranquilamente y su escuchar era una delicia, la novia se sintió tan pequeña que se arropo aun mas con las lujosas cobijas que cubría su cuerpo, cuya marca de la familia estaba grabado exquisitamente en uno de las esquinas

- No te menosprecies – dijo aquel caballero de manera tranquila – Ya yo te compré

Era cierto, para salir del callejón donde estaba tirada en el lodo y sangre, ese caballero tuvo que pagar un alto precio al proxeneta de esa zona, ya que eran múltiples los amantes que la frecuentaban e irse de ese lugar era prohibido para ella a menos que pagara el precio mas alto.

- Báñenla, cámbienla Pónganle nuevos zapatos y ropas finas– ordenó el caballero

De inmediato obedecieron los servidores y procedieron a bañarla, a quitarle la mugre, a limpiar sus heridas abiertas y mientras ella se miraba en el espero por primera vez desnuda mientras las servidoras estaban preparando sus vestidos, ella pudo mirar por primera vez su estado, estaba tan llena de heridas y cicatrices que se pensó por qué habrían puesto sus ojos en ella, como es posible que ese hombre alto y de ojos amables quiera una relación con ella, se dio la vuelta y examino sus moretones, y era una mujer que había sido tan usada que no quedaba parte de ella que no haya sido manchada

Las servidoras escogieron un atuendo discreto, blanco (jaja) que le daban un aire inocente y puro. Peinaron sus cabellos y lo recogieron en un modesto peinado – Al maestro de la casa le gustan las cosas simples – Le dijeron

Las sandalias eran hermosas, nunca había visto algo mas lindo, y es que había estado descalza durante tanto tiempo que tener un par de zapatos decentes era algo impactante para ella.

Luego la hicieron pasar a un largo salón y la sentaron en una silla, ella pudo apreciar desde su puesto unos ventanales inmensos donde se podían ver majestuosamente los extensos jardines, observo que estaba una silla contigua y una mesita en el medio de los dos, acto seguido entro el caballero, pulcro como un príncipe, sencillo y discreto, pero ella no se dejaba engañar, ¿Cómo alguien con tanto poder e influencia mantenía un perfil tan bajo?

Él se sentó y procedió a mirarla con una mezcla de compasión y amor, pero un amor distinto, no había atisbo alguno de lujuria en sus ojos, ella desvió la mirada y entonces noto que en la mesita que se encontraba en medio de las dos sillas, había un sobre. El procedió a tomar el sobre y le dijo

- Es el condicionado, te he comprado al precio mas alto para desposarme contigo y estas son las condiciones por escrito de nuestro compromiso

- Mi señor – Replico ella – No es por ofenderle, pero ¿Quién soy yo, para que te fijes en mí? No valgo nada y aun así me has comprado al precio más alto

- ¡Claro que vales! – replico rápidamente – De lo contrario no habría dado el precio más alto

Entonces dijo algo que sus oídos no pudieron dar crédito

- Tu eres de sangre real 

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⏰ Last updated: Jan 31 ⏰

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La novia InfielWhere stories live. Discover now