Elena Walker tenía 12 años cuando conoció a Percy Jackson, un chico de su edad con cabello rubio y ojos azules, pero lo más importante, un semidiós, como Ella.
Cuando estas cerca no existe nada más
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ELENA WALKER se distraía con facilidad, aunque intentara con todas sus fuerzas concentrarse aveces no lo lograba debido a su TDAH: Trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
Pero referido a la escuela no tenía muchos problemas, siempre que le preguntaban en clase algo referido al tema sabía la respuesta, la correcta claro; Y eso para Percy era injusto, era feliz por ella, pero le frustraba que su amiga pudiera hacer todo con más facilidad que él, aunque le hubieran detectado las mismas cosas, TDAH y Dislexia.
Él no podía evitar mirarla ahora, ella pasaba sus dedos por su cabello ondulado pero tenía su vista al frente, solo despegándola para escribir en su cuaderno, no miraba la ventana, cosa que a Percy le encantaba hacer, no hablaba con ninguno de sus tantos amigos, los cuales intentaban distraerla, solo se enfocaba en prestar atención, Percy enserio no entendía como lo hacia, y aunque se planteo varias veces preguntárselo, no quería incomodarla, asique nunca lo hizo.
-Percy- Llamaba alguien a su lado, pero el rubio no despegaba la mirada de su castaña
La chica a los ojos de Percy era muy bella, tenia un hermoso pelo castaño que caía en ondas y sus hermosos ojos miel en los cuales el rubio aveces se perdía, en el fondo Percy no sabía porque la chica había querido ser su amiga, tenía perfectas notas, chicos tras ellas y bastantes amigos, pero aún así ella se sentaba con Grover y él en la hora del desayuno, almuerzo e incluso la cena, siempre estaba ahí, y por supuesto el rubio no se quejaba, le encantaba la compañía de la chica.
-¡Percy!- La voz a su lado volvió a sonar, esta vez más fuerte, pero Percy seguía sin hacerle caso, hasta que noto como la castaña se paraba y caminaba hacia él.
-Te vez muy lindo hoy, Percy- Dijo mientras acariciaba el pelo del chico, el cerro los ojos ante el tacto
Él intentaba hablar pero las palabras no se formaban
-¡¿Percy?!- La melodiosa voz de la chica sonaba alarmada asique abrió los ojos al parecer despertando, estaba en el piso rodeado de gente pero solo la veía a ella, a su Elena.
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HORAS ANTES
Para Elena el día de la excursión era algo emocionante, aunque amaba sus clases habituales, salir de su horario de vez en cuando no hacia daño.
Como cada día desayunó en la cafetería con sus amigos, Grover y Percy, ellos hablaban sobre unas cartas con diversos personajes mitológicos mientras que la castaña leía algunas leyendas griegas en el libro que había pedido en biblioteca, desde pequeña a Elena le habían encantado todo lo referido a la mitología griega y su padre al enterarse solo la impulsó más, comprándole muchos libros sobre el tema, a Elena le gustaba aprender así, leyendo.
