𝐜.03

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𝔄𝔩𝔦𝔰𝔬𝔫 𝔉𝔦𝔰𝔠𝔥𝔢𝔯


-Joder no, amiga basta. Necesitas poder descansar...-ella pone sus manos en mis hombros y me sacude.-Reacciona maldita perra, tienes que salir y divertir. No con el maldito de Marcos, el definitivamente no puede estar contigo-.

-¿Qué? ¡No! no, no tenía pensado ni salir y tampoco con el.-ella suelta una risa sarcástica y pone su rostro serio.

-¡Vamos a salir y adivina, iremos con Rosse-.

Rápidamente salió corriendo de mi consultorio e irse hacía Rosse, solté un bufido exhausta de todo. Me puse de pies al ver que mi horario ya había terminado, guardo mis cosas y las recojo para ponerme mi abrigo y salir. Camino apresuradamente por los pasillos con temor a que aparezcan Anelia y Rosse, mi idea era largarme de aquí y llegar lo más rápido a casa y poder descansar, cómo lo hago a diario.
Cuánto pongo mis pies afuera suelto un suspiro liviano, no por mucho mi alivio al sentir las risas familiares atrás mío, puedo oír cómo la puerta de vidrio se abre y es cerrada a la mismo tiempo.

Me giró con cautela y las miró, se me acercan. -¡Vamos, Rosse ya tiene todo por hacer!-grita Amelia haciéndome sonreír. Sólo asiento, rendida las sigo.

Entre en mi camioneta y conduje hasta la casa de Rosse, aveces la llevaba a ella o Amelia hacia sus casas y no me molestaba, vivo sola siempre ando sola así que no tengo prisa de volverme a casa. Cuánto llegó me estacionó viéndolas bajarse, antes capte que había un auto más estacionado en el grande garaje de ella.

-Adelantesen ustedes, voy a fumar algo y enseguida entro-ellas asienten y yo saco una caja de cigarrillos, lo guardo al sacar uno y prenderlo. Empiezo a fumar tranquilamente disfrutando los ruidos de la naturaleza, ese ruido de algunos insectos y otros de los vecinos rechinando la cama. Parecía que lo disfrutan.

Llevó 3 meses de que no tengo pareja y menos sexo, por ahora debo decir que mi adición es el cigarro y nada más. Mi mente estaba tan en el más allá que siento que la puerta de la casa de Rosse se abre y vuelvo mi vista ahí, era un pelinegro de trenzas, ropas anchas, su perfil era único. Su rostro algo conocido que me hacía pensar, ¿lo conozco, pero, en dónde lo vi?
Él me ve y levanta sus cejas.

-Oh, hola, sólo fumaba y luego entraré.-le comentó y el sonríe asintiendo.

-Un gusto, soy Tom Kaulitz ¿tú eres la famosa Alison Fischer?-suelto un suspiro frustrado. ¿Porque todos me dicen famosa?, ah sí seguro por el rumor de creerme una zorra por andar con Marcos, mi paciente.

-No, no soy famosa-respondo seca con mi rostro neutro. Mi cigarro empezaba a no acabarse y era desesperante, digo quiero entrar. Porque no lo tiraría en vano sin terminarlo.

-¿No, y entonces porque sos tendencia en las noticias?. Ehm con el chico...¿Marcos? sí Marcos, tu paciente-ruedo mis ojos. Al ver que quedaba poco suspiro aliviada-¿Te gusta jugar?

-Mira Thomas, niño o lo que seas, deja de estorbar. Quiero fumar y en paz-el rie y levanta sus manos haciendo un gesto de "paz".

-Vengo en noche buena...

-Bien. Adiós.-rápido tiro lo que quedaba del cigarro y camino hasta la casa, cuándo siento que el venia atrás mío me volteó-.¿Qué?-

-Te invitó a sali-

-¡No!-le respondo fríamente, el frunce sus cejas. Para nada de acuerdo ante mí negación.

-Vamos, conmigo no te dirían esas cosas. Yo estaría con la prensa al tanto de que no nos suban nuestras fotos, a ver si tenemos una foto de un beso.-suelto una risa burlona y lo miró.

-¿Besarnos?, jamás, tienes 15 años.

-Ey, cuidado con tu forma de tratarme, mejor si es con respeto.

-¿Tu me hablaste con respeto? No.

-Si. Aparte tengo 17 y no 15, ya todo un hombre soy.

-Sí cómo no hombre.-ignoro sus gestos faciales al estar imitandome en silencio. Entro y vi que venía atrás mío y rápido cierro la puerta en su casa.

-¡Oye!-escucho su grito atrás.

-Ay, lo siento, no te vi...-dije abriendo la puerta y verlo tocarse su nariz, aparte que tenía un piercing en su labio inferior. Suelto un suspiro al verlo no sangrar, sino era toda una maldita.

-Sí cómo no...

Ruedo los ojos y me adentro al living, estaban 3 chicos al lado de Rosse y Amelia, estaban riendo pero me vieron y se quedaron callados. -Hola-murmuró en un susurró algo nerviosa.

Un pelinegro con rasgos muy idénticos al de hace rato, viene y me saluda muy amable. -¡Hola Alison, soy Bill!-da leves saltos de emoción y yo rió.

-Un gusto a todos, y a ti Bill un gusto también. Mi nombre es-

-¡La mujer caliente!-logró escuchar atrás mío. Enfadada volteó y era el de trenzas.

-¿Cómo me dijiste niño?-siento un agarre en mi muñeca, era el pelinegro con cabello extravagante me estaba deteniendo de que me acerque al trenzudo, sino le sacaría toda su cabellera falsa.

-Sin dudas lo eres, así te apodan todos. Mira...-alza su teléfono y pude leer que había una noticia de los rumores y una oración decía. "Es poco decir que es linda, tendríamos que llamarla sexi o caliente, ¿qué tal, la mujer caliente?, sin dudas le pega el apodo a lo que es ella. Una doctora sexi..."

-¡Tom ya basta!-Bill le quita el teléfono, sacándolo de mi vista.

-¡Dame eso!-le intenta recibir pero tienen una pelea. Yo veo que intentaban separarlos al verse pelear por el teléfono, nada de golpes pero si era de tirarse sobre el otro.

Salí de la casa de Rosse y subo a mi camioneta, apenas cierro la puerta arranco. -¡Alison!-escuche la voz femenina de Amelia.

Furiosa aceleró, perdiéndome de su vista. Mientras aceleraba golpeaba el volante.-¡Malditos reportes!

Gritaba con rabia, esto era el colmo. ¿Y si pierdo mi labor a causa de está mierda? ¿qué, mujer caliente? malditos, es un abuso y violan mi privacidad, mi vida personal. Mi idea fue alejarme de todos, definitivamente de Marcos, mi paciente.



















hola hermosas espero que estén bien. Pasaba actualizar esté fic y nada, cómo siempre a pedir de sus votos y comentarios.

que puedan entender si muchas veces no actualizo es por razones personales. ♡Gracias.

①⑦+③④ +🔞// 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora