Familia

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Son apenas las 7 de la mañana y ya siento la locura de la ciudad. Dicen que mientras más ruido hay, más vivo te sentirás, yo lo único que siento es un terrible dolor de cabeza a punto de estallar, no recuerdo bien a qué hora llegué anoche, solo sé que al llegar tuve que subir por las escaleras de la vecina que da a mi balcón y, para colmo, no sirvió de nada. Mi querido abuelo había cerrado la puerta desde adentro. 

¿Cómo lo supo?! Al tocar la puerta principal, lo único que recibí fue un balde de agua fría.
- ¡¡¡Abuelo!!! ¡¿Te vas vuelto loco?! ¿Quieres que me enferme? 

Ya estaba borracha pero ahora también resfriada. Con ese balde de agua y mis gritos levantamos a todo el barrio.

- Eres lo peor, muchacha- mi abuelo me miraba con desaprobación  - Por eso no me gusta lo que haces, siempre es lo mismo, ¿hasta cuándo lo tuyo? Dime.
- No estoy para peleas, abuelo. 

Entré a mi casa, y empecé a buscar un piyama para cambiarme la ropa mojada pero sentí una palmada en la espalda que recorrió todo el cuerpo y me produció un poco de ardor.
- ¡¡¡Ayyyy !!! Eso dolió- hice pucheros, eso siempre me ha hecho ganar, pero está vez fue diferente.
- Estoy cansado, Lía- me dijo con una voz apagada que no me gustó para nada.
- Abue..
- He hecho lo mejor que pude y aún así solo tengo a una nieta revoltosa- su sonrisa es de aquellas que quieren soltar una bomba descomunal- Lía yo...
- Estoy cansada- prefiero interrumpir lo que me vaya a decir, no quiero escucharlo. 
- Es verdad, mañana es otro día y ya hablaremos cuando estés en mejores condiciones- me mira con nostalgia como cuando se acuerda de mi madre y sale del cuarto.
Anoche no fue uno de mis días. Cierto, traspasé los límites, pero,  ¿qué le voy a hacer? Es mi último año de preparatoria y me dije a mí misma que lo iba a disfrutar al máximo.
La noche de ayer fue de las mejores, aunque no debí pasarme con el alcohol, ¡mi cabeza quiere estallar!

Además también tuve un encuentro con mi abuelo, me tiró un balde de agua! Increíble, nunca pensé que llegaríamos a eso. El sol entra con fuerza a través de mi ventana y el ruido de las calles hacen que mi dolor de cabeza sea más grande que la anterior
-Lia, Lia, ya tienes que levantarte, son casi las 9 de la mañana y hoy es un día especial - esa voz, esa hermosa voz, como la extrañé, mi abuela ha vuelto de casa de sus familiares,
- Ya voy!- primero debo bañarme y luego usar una ropa sencilla, tengo turno en la peluquería a las 10 y luego pienso ir con mi amiga Karla a la Universidad de Arte y averiguar sobre las inscripciones, eso sí, sin que mi abuelo se entere, no está de acuerdo con mi futuro, cree que puedo hacer otras cosas, me pregunto si con mi madre era igual, que ame la actualización, la música, el baile, tendrá algo que ver con ella?
-¡Lía!- Había olvidado que a pesar de lo dulce que sea mi abuela, no significa que tenga mucha paciencia
- Ya estoy aquí tía, no hay de que alarmarse- le sonrió y le doy un enorme abrazo, vaya que mi abuela es hermosa, su cabello gris y blanco, su bella sonrisa y la mejor parte, su excelente buen humor- como te extrañé, abu, y como extrañé tu comida.
- Deja a tu abuela terminar con el desayuno muchacha- ahí está mi abuelo, tomando su café amargo, no se como puede tomar algo tan amargo y después se queja del porque siempre está enojado.
- Buenos días Abuelo- no tengo ánimos de saludarlo y mucho menos de iniciar una pelea
-Buenos días- me dice sin mirarme a la cara, al parecer sigue enojado por lo de ayer
- Bueno vamos a desayunar- pan tostado y jugo de guayaba, estoy un poquito cansada de lo mismo
- Yo me voy- recojo mis cosas y antes de salir.
- ¿A dónde vas?- se me olvidó decirle que hoy iba a salir con Karla.
- Voy a la peluquería y luego voy a ver a Karla.
- ¿Qué no estuviste mucho tiempo con ella ya?- por qué tiene que ser tan gruñón
- Sí, pero..
- Pero nada, luego de la peluquería vuelves a casa.
-abuelo mañana es la graduación y tengo algunas cosas pendientes.
- ni hablar, dile a tu amiga que venga y listo- sigue sin mirarme a los ojos, busco ayuda de mi abuela
- Oye, deja a la niña que vaya a casa de su amiga- eso es abuela, endulzarlo
- ¡He dicho que no!- oh oh le ha levantado la voz a mi abuela, esto no es nada bueno.
- A quien le estás levantando la voz!- ahora sí, prefiero a mi abuelo molesto antes que mi abuela, da mucho miedo cuando está así, mejor voy a tener que dejar las cosas como están no quiero que mis abuelos peleen.
- Está bien, calmémonos todos, no voy a ningún lado, está bien.
- No, usted se va- mi abuelo quiere decir algo - ni una sola palabra o tendremos tu y yo un problema mayor- y mi abuela gana, es increíble como puede hacer eso, es puro control femenino, por eso deseo ser así como ella.
- Entonces nos vemos en la tarde- de momento empiezo a estornudar.
- ohh, parece que alguien va a caer enfermo- miro a mi abuelo y se está riendo, en forma poco original, pero lo hace, sabía que me iba a enfermar y aún así me tiró agua! Que malo es.
- Tómate una pastilla para la alergia querida y mantente hidratada- mi abuela está muy tranquila y eso no me gusta- y ven bien tarde tu abuelo y yo tenemos que hablar - siento que mi abuelo se congela y yo me río de forma cómplice.
- De acuerdo, nos vemos, besos- eso fue divertido, mi abuela es la única que logra poner nervioso a mi abuelo. Sin duda son una pareja de años.
Vuelvo a estornudar, oh no esto no es nada bueno, si cojo un resfriado ahora no voy a poder salir en la noche, esto es horrible, ya me estoy sintiendo hasta mal.

La historia de LíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora