ÚNICO

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Luka, hace ya un tiempo sentía cosas por el "sacerdote" de aquella iglesia que siempre iba. Casi nunca solía ir a pesar de que ya tendría sus 23, no fue un día que le vino el arrepentimiento de no ser un buen "católico" y decidió ir. Si tan solo no hubiera ido, no estaría sufriendo por sus sentimientos "no correspondidos e imposible".

La primera vez que entró a la iglesia, se presentó (arrodillado y con la otra mano haciéndose la cruz que se hace al rezar) y fue a sentarse a unos bancos. Espero pacientemente a que empezara, se dedicó a ver los cuadros de allí colgados, como crucificaron a Jesús en la cruz, como le ponía la coronilla de espinas, todos los cuadros de allí eran sobre estos sucesos.

Cada persona empezó a buscar asientos, por suerte el había conseguido sentarse adelante. El sacerdote salio de una habitación y se puso al frente del micrófono para dar comienzo.

Era tan lindo, tan hermoso, tan sexy, tan él...
Se veía joven pero tenía un rostro maduro. Tal vez tendría sus 35...
Sintió una atracción física al verlo. Muchos pensamientos cruzaban en su mente, pero más la culpa y vergüenza por verlo así al sacerdote y por pensar así en la iglesia. No pudo prestar atención ya que solo se enfocaba en observar su rostro y labios como se movían cuando hablaba.

Desde ese día, se dedicó a ir todos los domingos a la iglesia sin falta alguna. Los domingos se volvieron su día favorito, para algunos no lo es porque indica que es un día antes de empezar el trabajo, colegio o sus responsabilidades. Pero a él si.

Al terminar la misa, siempre la gente sale, pero él no. Se queda rezando no tiene prisa, lleno de ternura y prudencia, le mira sin que él pueda darse cuenta. Luego se dirige al confesionario, aunque su alma esté limpia de pecado, pero así es feliz, aunque sea un rato, al estar allí cerca de su amado. Siempre lo hacía, cada domingo.

Llevaba 3 meses haciendo lo mismo, en esos 3 meses sufria por no poder decir sus sentimientos hacia él, quería gritarlo pero no se atrevía. Le pedía a dios que haga que lo borre de su pensamiento o que le dé su amor...

En este momento estaba en el confesionario pretendiendo limpiar sus "pecados" diciendolos en voz baja cuando sólo se dedicaba a verlo por el rabillo del ojo.
Decidió terminar con la farsa y levantarse fingiendo haber terminado de limpiar sus pecados. Iba a despedirse de Sergio como solía hacerlo algunas veces. Caminaba lentamente hacia él.

-Padre... he terminado-habló el croata con una voz suave viéndolo a los ojos mientras el contrario leía unos papeles.

-Perfecto, Luka. Puedes irte, Dios te bendiga- respondió el Español amable mientras alzaba su mirada para verlo y darle una sonrisa al rubio.

Luka le devolvió la sonrisa con sus nervios a flote y se dio la vuelta para irse de allí. No fue hasta que la voz del padre le dijo algo que lo hizo quedarse congelado

-No es bueno mentir Luka... Sobre todo ver al padre de una manera indecente- habló repentinamente Sergio mientras veía al rubio de espalda

El nombrado se dio la vuelta lentamente sintiendo como sudaba frío y con temor respondió tartamudeando:-Y-yo no s-sé lo que d-dice padre- mientras trataba de mostrar fingida inocencia.

-Lo haces de nuevo, Luka. Mereces un castigo... Y no será rezar esta vez como siempre lo haces- respondió él autoritario mientras caminaba a paso lento hacia el croata. Pudo sentir sus nervios y miedo una vez frente a frente. Lo miraba directamente a los ojos mientras ponía su mano en la mejilla del menor.

-¿Crees que no me he dado cuenta como me miras siempre?- preguntó sarcástico- Deberás acompañarme a mi casa para tu castigo- murmuró bajo ahora mientras lo tomaba de la mano y lo guiaba al no ver ninguna objeción de su parte.
La casa de Sergio, quedaba al lado de la iglesia. Al ser sacerdote, el gobierno le otorgaba una casa por sus servicios al pueblo.

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⏰ Última actualización: Feb 02 ⏰

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𝐀𝗆𝗈𝗋 𝐒𝖾𝖼𝗋𝖾𝗍𝗈-LUKAMOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora