"E-eso duele.." — Chilló el menor, mientras que Randal metía sus manos debajo de la camisa de Satoru.Sus dedos tocaban los pequeños capullos sensibles del pelinegro, jugando con estos como si fueran los botones de un control.
El menor sollozaba suavemente, sus pezones estaban hinchados y rojos gracias a la brusquedad con la que Randal succionaba sus pezones.
"Sabes muy bien, Satoru-chan!"— Dijo Randal apretando con fuerza la cintura del pelinegro, hasta dejar marcas en este.
La polla de Satoru ya goteaba pequeñas cantidades de liquido presenminal, definitivamente el menor disfrutaba este trato de su lindo novio Randal.