Prólogo.

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El mundo. Fue creado por una entidad superior a la que se le a llamado de diferentes maneras, no obstante, ese ser solo creo el mundo tal y como se conoce hoy en día.

Al igual que con los humanos, dándoles una forma similar al de los seres denominados como sobrenaturales. Demonios, Yokai, Divinidades, Ángeles, todo ser de fantasía existe en este mundo basto.

Cada uno, nació de la luz, la oscuridad y de la nada, siendo superiores en poder a los humanos, poseyendo habilidades variadas, seres que no estuvieron ligados a la entidad superior, y a pesar de ello, estos seres sólo escritos y relatados en los libros humanos, comenzaron a seguir y a odiar a Dios por distintas razones.

Desde ese momento, las leyes y el orden cambio, surgiendo el cielo, el infierno así como el mundo celestial, creándose al mismo tiempo, sitios en los que residieron gran parte de las entidades supernaturales, para así mantener la paz en el mundo mortal.

Pero ello no impidió, que muchas guerras devastadoras y crudas se desataran por todos los mundos, causando estragos, hasta el día en el que comenzaron a caminar los primeros humanos, acordando tratos entre las diferentes razas existentes.

Trayendo tiempos de paz por cientos de años, con unos cuantos pocos seres sobrenaturales retirándose al mundo mortal.

Siguiendo sus propias normas, aunque. ... Siempre nos hemos mantenido escondidos de los humanos creados por Kami.

En un inmenso y abundante bosque, la vegetación, desde el césped hasta los árboles frutales, rebosaron de color y vida.

En el centro de este lugar hermoso y armonioso, se diviso una gran montaña.

A solo unos centímetros de un risco de la montaña, apreciando todo el valle con calma, se pudo ver aún joven hombre de 22 años. Teniendo ojos de color azul, su cabello rubio llego hasta su espalda baja, brillando ligeramente, moviéndose por la suave brisa.

Varios pétalos rosados volaron tras el hombre, desde un árbol de cerezos por todo el risco, dando un toque cálido al ambiente. Una expresión relajada se mantuvo en él.

Quien al cerrar sus ojos, tras el hombre, 9 colas naranjas se fueron alzando lentamente, mostrándose en su cabeza, un par de orejas de zorro.

Vistiendo un pantalón holgado de color oscuro, una camisa negra de estilo chino, con una túnica de mangas cortas de color naranja por encima, con una cinta blanca rodeando su cintura, junto a unos waraji como calzado.

El joven rubio abrió sus ojos, disfrutando de la brisa cálida, para en un momento, fruncir su ceño, moviendo una de sus orejas ligeramente.

-¿Qué es, ese ruido?- pregunto el hombre rubio sin algún interés.

Con un medio paso hacia aún lado, el joven miró en lo profundo del valle, sintiendo como sus orejas se movían una vez más, oyendo una suplica.

-Creí que esos humanos, ya no entraban a mi valle- susurro el hombre.

En uno de los tantos claros del valle, un gran árbol de duraznos se vio, luciendo sus frutos en su mejor punto. En las ramas del árbol, una silueta infantil se logró divisar, moviéndose con dificultad, oyéndose el crujir de las ramas.

Una pequeña azabache adorable de 9 años se encontró sentada en una de las ramas. Sus ojos tuvieron un color ónix, de una tez clara, junto a una tierna mirada, llevando puesto un vestido en forma de Kimono de color blanco, un pantalón holgado blanco, con unas botas Jikatabi del mismo color y con un obi celeste rodeando su cintura.

Un durazno se pudo ver en una de las manos de la pequeña, el cual fue comido por la adorable infante. Al girar su mirada, la pequeña miró otro de los frutos, sin embargo, esta se vio rodeada por una flor.

Ayer, Hoy y Mañana. (Naruto x Fem Sasuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora