El cementerio de la Recoleta estaba oscuro, mis ojos apenas podían ver más allá de las criptas y tumbas que habían por acá.
Varias veces me caí por culpa de las raíces de las ramas salidas hacia afuera. Mis pies dolían de tanto correr y mis lágrimas caían al recordar su cuerpo inerte manchado de sangre.
No podía encontrar la salida, di tantas vueltas que hasta pensé que corría en círculos. Escuchaba sus gritos y como se reían de mí al verme escapar. Me escondí atrás de una de las criptas abandonadas.
Quise ocultarme lo mejor que pude para que ellos no me encontraran, mis sollozos no paraban, y mi respiración estaba agitada de tanto correr. Quería recomponerme, recuperar energías y fuerzas para poder escapar. Pero los recuerdos y el cansancio me lo hacían imposible.
Note que sus pasos se escuchaban más cerca, tuve que taparme la boca para que no escucharán mi respiración irregular. Escuchaba como me llamaban por mi nombre y se reían a la vez, esperando para verme y cazarme.
Cuando deje de escuchar sus pasos, otra vez salí corriendo. Fui a buscar ayuda, sabía que en el cementerio tendría que haber algún guardia trabajando.
Al encontrarlo le pedí que me ayudara, que unos tipos me estaban persiguiendo para lastimarme. El guardia me agarró de ambos brazos y con su mirada fija me dijo.
- Perdóname. - lo mire con extrañeza ya que no sabía a lo que se refería. Hasta que con un chiflido le indico a esos hombres en dónde estaba yo.
Me entregó a ellos sin remordimiento alguno. Me entregó al mismísimo infierno.
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El secreto de la muerte
Teen FictionEllos eran la pareja perfecta, pero un secreto desata un verdadero infierno sobre ellos. A medida que indagan más sobre este secreto sus vidas corren peligro. Lo único que los puede mantener con vida es huir.