Todo inicio en una amistad repentina, compartíamos el gusto por el rock, tocar, escribir y cantar canciones. El era un buen y atento amigo, su nombre era Frank.
Por intentar cumplir el "sueño americano" tuve que salir del país que me vio nacer, para aventurarme en un país que no conocía ni su idioma ni tradiciones, pensando que sería una de las mejores decisiones de mi vida, y si están pensando que me fue mal, están en lo correcto.
La verdad no fue como me lo espere, era menor de edad no podía trabajar, y realmente no tenía apoyo estando ahí, y me refiero apoyo estudiantil, yo moría por ingresar a una universidad ya que había dejado a medios el instituto en mi pais, pero bueno lo que tocaba hacer estaba bien mientras pudiera ayudar a mis padres.
Pase por problemas personales, ya que sentía que en donde estaba no pertenecía, las personas que me acogieron me hicieron sentir eso. Fue un momento en el que yo "Scarlet" de tan solo 17 años de edad, me sentía vacía.
Recuerdo que el señor dueño de la casa donde yo estaba, me tenía mucho aprecio por que siempre lo ayudaba con lo que necesitará, pero la mamá de su hija se ponía incomoda y decía: "esta es tu hija" y le daba a su pequeña bebé de poco tiempo de nacida, queriéndome hacer sentir mal y ella era familia directa de mi madre, y por ello más aún me deprimia por que no podía ir a ningún lado.
Por situaciones como esas y más complicaciones, entre en un cuadro de depresión y soledad y es ahí donde mi amigo con el que me llevaba super bien se mostró super atento. Se imaginan la atención que no tenía ahí.
Charlábamos por horas y horas, y nunca se nos acababa el tema de conversación. Fue ahí que poco a poco por llamada fui enamorándome de "Frank". Bella persona, atenta, cordial, amable, tenia una sonrisa hermosa, simplemente perfecto para mi.
Llego un momento básico que se da en todos los amorillos adolescentes, en los que el hombre te promete el oro y el moro, y una toda ilusionada y embobada cree cada una de sus palabras. Pues si eso me sucedió a mi y decidí regresar del "país de las oportunidades" a mi delicioso país donde se come de lo mejor del mundo.
Tome mi vuelo, dos aviones para ser exactos y llegue al aeropuerto 6:00 AM, lo vi de lejos, y me pregunte ¿él es?, ya que solo habíamos charlado por el móvil creo que lo había idealizado como un bello coreano, cosa que para nada era así, por ello apenas lo vi no quise mirarlo a la cara y solo decidí abrazarlo. Recuerdo que en ese momento al oído me dijo "Buenos día princesa" y eso me derritió.
Llevo mis maletas y nos fuimos a su casa, era la casa de sus padres pero el vivía solo en aquella casa de dos pisos, se imaginan una casa solo para los dos, y yo con la mente de una niña que pensaba que si dos personas se besaban más de un minuto ya se podía quedar embarazada.
Nunca había estado con alguien entienden, en la intimidad, yo estaba muy nerviosa por que nosotros solo en una casa grande, pues crei que sería cuestión de tiempo que eso suceda.
Y así fue, pasaron dos días, juntos y se dio el momento.
Era una atardecer hermoso, las cortinas tapaban cierta luz de la ventana, pero podíamos vernos claramente.
El empezó a besarme por unos largos minutos, luego procedió a moderme los labios de un modo tan delicioso, que por dentro estuve derritiéndome.
Lentamente empezó a bajar sus manos sobre toda mi silueta, y apretó con fuerzas mis nalgas y yo ya me sentía en el cielo ssss.
Sin imaginar que recién empezaba el juego. Comenzó a desabrochar la blusa, soltó el sujetador que llevaba, y los besos ardientes bajaban por mi cuello, y podía sentir su respiración, rayos estaba locamente exitada, pero dejé que él pusiera la magia, ....
Sus labios bajando por mis senos, pasando lu lengua por mis pezones, mientras con la mano libre jugueteaba con el otro seno uhmm, es difícil describir los sonidos que se podía escuchar en la habitacion.
Frank prosiguio deshaciéndose de mis vaqueros y de la bombacha, y en menos de un minuto estaba como vine al mundo. Nos miramos fijamente, su mirada me pedía permiso para ingresar, y la mía le sedia todo el permiso del universo.
Al primer intento dolió demasiado, pero como explicar que te duele algo pero a la vez quieres más de ese dolor, pude sentir un sangrado sobre las sábanas a pesar ingresar tan lento, pero cuando pudo ingresar completamente, yo me encontraba sobre una nube y ya me sentía duela del mundo, por naturaleza le clave mis uñas en la espalda, por lo delicioso que me hacía sentir, fue el momento más delicioso del universo, por ser la primera vez, y con alguien que amaba, según yo.
Estos tipos de escenas se fueron repitiendo más seguido, y quien lo iniciaba era yo, ya que algo nuevo había aprendido ya no pensaba dejarlo.
