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No sabía cómo pero se había hecho adicto a ese demonio, a sus caricias, a sus besos, a sus palabras y a todo de él.

Desde que empezaron a tener más convivencia poco a poco empezaba a sentir como algo se llenaba en su interior, algo que creía ya no tendría ni necesitaba: afecto, amor, cariño y muchas más cosas así que desde hace mucho tiempo habían sido remplazadas por la tristeza, la soledad y la depresión.

Pero después de eso, de sentirse amado y querido empezó a querer más a querer un amor más íntimo, así fue como terminaron haciéndose adictos el uno del otro, deseándose en cualquier momento y esto siempre terminaba en coger fuera donde fuera.
Y no lo negaba, el era muy culpable en eso, le encantaba que aquel demonio le cumpliera sus caprichos pero le encantaba aún más provocarle, hacer que el tomara la iniciativa y cuando eso llegaba a pasar significaba que tendría el mejor sexo.

Había pasado ya una semana desde que lo había hecho por última vez, Alastor había estado muy ocupado con su trabajo en el hotel y aunque estaba muy feliz de que el ayudará a su hija y que incluso lo ayudó a el mismo a confiar y apoyar a Charlie ya lo necesitaba, lo necesitaba adentro suyo.

Por esa razón había ido al hotel y ahora mismo se dirigía a su oficina a satisfacer sus más egoístas necesidades .
Tocó aquella puerta sutilmente y entró después de recibir permiso.

-Hola, mi amor-dijo mientras caminaba lentamente hacia el escritorio donde se encontraba Alastor.

-¿Qué le trae por aquí señor Lucifer?

-Oh~no , dime manzanita si quieres pero deja las formalidades de lado- termino poniéndose detrás de la silla de su amante.

-Bueno, manzanita, ¿qué necesitas?- preguntaba aunque ya intuía algo por esa actitud.Sexo.

-Bueno, ya que preguntas...-movio la silla hacia atrás aún con Alastor en ella-quiero algo de ti- se metió debajo del escritorio y se arrodilló frente a la entrepierna del contrario- quiero esta~

Acto seguido empezó a lamer y tocar por encima del pantalón de Alastor para animarlo un poco, después de un poco de juego superficial empezó a desabrochar aquel pantalon y bajar un poco la ropa interior solo para liberar esa gran verga, al hacerlo pudo escuchar un suspiro de alivio de parte de ese demonio, con ansias obvias empezó a lamer de la base del pene a la punta y en esta succionaba un poco, empezó a tragarlo poco a poco jugando con su lengua. En en tan poco tiempo haciendo esto con el demonio había aprendido y perfeccionado habilidades que no sabía que tenía.

El vaivén lento duró poco ya que una mano en su cabello empezó a empujar fuerte y rápido contra su garganta pudiendo escuchar leves gruñidos y maldiciones del contrario, la saliba empezaba a salir así como sus lágrimas y su mandíbula dolía por los movimientos bruscos. Tal y como le gustaba.

Así estuvo un rato, incluso sintiendo arcadas cada vez que llegaba tan profundo, hasta que lo único que sintió y pudo hacer fue tragar el semen de su amante esto junto a un "carajo" como frase para correrse.

-Sal de ahí cariño.

Obedeció y al estar de pie fue empujado hacia el escritorio para empezar a ser besado muy suciamente mientras sus ropas se iban una por una. Él de por si era una persona muy sensible pero la sobre estimulación que Alastor le estaba dando al lamer y succionar su cuello y pellizcar sus pezones al mismo tiempo hacían que su verga estuviera aún más dura y gotente, estaba todo mojado como una colegiala por esas acciones.

El solo se dedicaba a gemir desvergonzadamente hasta que desabrochó la camisa del otro para empezar a dejar mordidas y rasguños, cosa que le encantaba a Alastor.

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