La Rutina

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Esta es una historia sobre los momentos, los sentimientos, las cosas que uno suele pasar por alto, pero sobre todo es una historia sobre las personas, en concreto sobre una niña llamada Rosa obsesionada por el tiempo y cegada por sus ansias de aprovecharlo hasta sus últimos alientos.




Cada mañana Rosa se levantaba alrededor de las seis y media, ponía algo de música y se preparaba para ir a colegio y todas las mañanas se preparaba los mismos huevos para desayunar, se ponía el mismo uniforme, se preparaba un sándwich para el cole y salía exactamente a las ocho y ocho con los mismos zapatos que hace un año para llegar perfectamente puntual a su primera clase del día. Tras el colegio iba directamente a casa y se comía algo que había comprado en MercaDoña, durante las 2 horas siguientes se encerraba en su cuarto y hacía la tarea o estudiaba, después se quedaba en el salón y veía una de sus interminables series mientras comía frutos secos.

Rosa tenía miles de esas estúpidas y detalladas rutinas en las que siempre llevaba el mismo peinado, jugaba los mismos juegos, comía en los mismos restaurantes y nunca hacía ni probaba cosas nuevas pues ella creía que al hacer todos los días lo mismo se ahorraba tiempo que podía aprovechar al máximo después.

Ella no era la única atrapada en estas rutinas, en este mundo todos estaban obsesionados con el tiempo, los niños querían ser mayores, los mayores querían ser niños, los arrepentidos querían volver atrás y enmendar sus errores, los afortunados querían tener más tiempo para disfrutar su suerte, los historiadores querían conocer el pasado, los científicos querían conocer el futuro, los creativos imaginan ambos, pero todos luchaban por un mismo objetivo imposible...   Controlar el tiempo.

En este caso, Rosa estaba obsesionada con aprovechar todo el tiempo posible, había tantas cosas que quería hacer, tenía todo planeado y grades metas, estaba tan centrada en sus rutinas que se perdió en ellas y, con el tiempo, empezó a ser incapaz de ver más allá de su burbuja, pero pasar tanto tiempo en este estado pasa factura, los días se vuelven más cortos y el ayer se volvía más lejano, el tiempo se transformó en un puente colgante en el que cada vez que dabas un paso el tablón anterior se caía al vacío y no podías parar, solo seguir avanzando tablón tras tablón hasta que no hay siguiente tablón y todo termina.



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⏰ Última actualización: Feb 12 ⏰

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