Prólogo

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La pequeña Seeun de catorce años se encontraba nuevamente esperando en ese pequeño consultorio mientras sostenía una libreta con unos dibujos realizados por ella misma.

Observaba el como su madre y su doctora entablar una conversación, su madre tenía las manos juntas en su pecho, esperaba que le dieran buenas noticias esta vez.

Desde su nacimiento tuvo problemas de audición, perdiendo por completo este sentido cuando tenía seis, no saben bien la causa, por eso la mayor parte de su infancia la pasó de consultorio en consultorio, tratando de buscar alguna manera de que pudiera volver a escuchar.

Cuando una sonrisa se instaló en el rostro de su madre la pequeña también sonrió, eso significaba que le dieron buenas noticias.

Su madre volteó a verla con lágrimas en los ojos, le hizo una seña para que se acercara y pudieran darle la buena noticia.

La doctora gentilmente se agachó hasta quedar a la altura de la menor, movió sus manos de manera prolija, realizando las señas exactas para informarle lo que le había dicho a su madre.

"Aún no sabemos la razón por la cual naciste con complicaciones auditivas" reflejaba la doctora Kwon con sus manos, expresiones y moviendo sus labios, "pero ciertamente hay una manera de que puedas volver a escuchar"

La pequeña Seeun volteo a ver a su madre quien asentía sonriente, la doctora tocó su hombro "necesitamos medir el tamaño de tu oído interno para poder hacerte un dispositivo de audición, que es el que te ayudará a escuchar" expresó Kwon nuevamente.

Seeun asintió en dirección a la fémina "¿será para siempre?" Preguntó moviendo sus pequeñas manos.

La doctora movió sus manos nuevamente "es lo más probable"

Después unas cuantas horas en los que estuvieron esperando para poder realizar la medición y algunos otros pequeños detalles para perfeccionarlo todo, Seeun se había quedado dormida en el regazo de su madre mientras regresaban a casa.


─Seeun ─llama su madre entrando a la habitación de la mencionada ─¿Seeun? ─sonrió al observar a su hija terminando de arreglarse.

Era el primer día de clases de Seeun, después de haber pasado seis años de haber estudiado en casa por fin habían convencido a su padre de inscribirla en una escuela aunque sea su último año en esta, estaba segura que sería inolvidable.

A paso lento la fémina se acercó a la menor, dejándose ver por el espejo un poco para así no asustarla. ─¿Lista? ─pregunta una vez Seeun se voltea.

Seeun asiente con una sonrisa pasando sus manos para alisar la falda de su uniforme.

─Estoy emocionada ─responde Seeun moviendo las manos al ritmo que formulaba sus palabras.

Aunque ya tenía seis años de usar el aparato de audición y cuatro años en los que hablaba con normalidad no podía evitar hacer las señas correspondiente cuando hablaba, era un hábito que había desarrollado después de comunicarse la mayoría de su vida de esa manera.

Aún habían veces en los que en su familia se comunicaban mediante lenguaje de señas, después de todo, ella y sus hermanos crecieron comunicándose de esa manera, era inevitable.









Chaeyoung frustrada soltó la guitarra y la puso a un lado, tomando rumbo a la puerta ─¿A dónde vas? ─pregunta Jayoon.

─Tomaré un descanso Yoon, vuelvo en unos minutos. ─responde esta tomando su bolsa para salir del cuarto.

─No va a volver ─dicen Chanhee y Soeun al unísono.

Sound of your heart | ChaeEun [PAUSED]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora