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Había dos cosas que Jake más odiaba en su vida. La primera era haber nacido omega, puesto que no le gustaba para nada el hecho de depender de su pareja para prácticamente todo. Mucho menos le agradaba el celo que pasaba cada tres meses. El dolor y la desesperación que lo atravesaban era algo insoportable, aún más cuando él no estaba dispuesto a recibir la ayuda de algún alfa. Eso sería algo humillante.

La segunda cosa que odiaba es el tipo de cambia formas que era. Si bien, toda su familia compartía el mismo animal interior, para él era lo peor. Al ser omega, su estúpido gato, como él le llamaba, lo traicionaba con ese tonto ronroneo que le brotaba de la garganta y le retumbaba en el pecho cada vez que le gustaba algo.
De hecho, en más de una ocasión eso le había llevado a situaciones extremadamente vergonzosas. Como la vez que conoció a Sunoo.

Jake había ido al baño debido a que sentía su cara arder. Estaba tomando supresores por su celo, pero aún así había algunos síntomas que lo delataban, y como el olor de los alfas era algo que conseguía alterarlo con facilidad, se colocaba una crema especial para días como esos. Se la aplicaba entre el labio superior y la nariz para inhibir el paso de cualquier olor.
Estaba en eso, destapando el frasquito, cuando vio por el reflejo del espejo a un chico alto de cabello castaño, enseguida se dio cuenta de que era un alfa. El gato en su interior empezó a pasearse y cuando el contrario notó la mirada de Jake en él, le dio una sonrisa de lo más amistosa, pero claro, el estúpido felino estaba en celo y no encontró nada mejor que ronronearle al castaño. Apartó la mirada avergonzado y con sus mejillas totalmente rojas por el comportamiento de su gato.

Seguramente el alfa pensaría que era un ofrecido.

— Tranquilo – sonrió el castaño para tratar de tranquilizar al pequeño omega avergonzado – Me llamo Sunoo, ¿cómo te llamas tú?

— Me llamo Jake – respondió rascando su nuca, sin atreverse a levantar la mirada.

— Es un gusto Jake – se acercó hacia el omega y le ofreció su mano.

Jaeyun observó unos segundos la mano extendida hacia su persona, ronroneando una vez más y provocando una pequeña risa en el alfa.

— Lo mismo digo – sonrió Jake.

Bueno, debía admitir que estaba agradecido hasta cierto punto. Si eso no hubiera pasado, quizás no habrían formado esa amistad que ahora tenían.

Gato estúpido 1 - Jake 0

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No sabía el porqué pero, ese día su felino se encontraba en extrema inquietud. En su mente podía ver cómo daba vueltas y arañaba su interior, como si estuviera ansioso por algo. Jaeyun descartó inmediatamente la idea de su celo, pues habían pasado apenas dos meses desde el último. Quizás solo estaba emocionado por el viaje que haría con sus amigos.

¡Por fin lo haría! Por fin viajaría a una de las más hermosas y famosas lagunas que se conocían en el mundo cambia forma, una que estaba oculta de los humanos y que les permitía correr sin preocupaciones en su forma animal. Jaeyun estaba seguro de que no existía nada mejor en el mundo.

De hecho, estaba tan emocionado que literalmente estaba pegado a la ventana esperando ver el auto de Sunoo asomarse.

— Minino, ¿Que estás haciendo ahí? – habló su madre a su espalda. Llevaba un delantal en su cintura y el cabello amarrado en una cola de caballo. Limpió sus manos en un paño traído desde la cocina, observando como su hijo empañaba el vidrio de tan cerca que estaba.

— Estoy esperando a Sunoo – respondió él, sentándose correctamente en el sofá sobre el cual estaba montado. Su madre le miró con ternura. Su pequeño irradiaba felicidad por cada poro.

meow ━ heejake.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora