• Narra Amanda •
Era una horrible mañana de lunes, la cabeza me dolía a más no poder y mi estomago gruñía mientras mi madre gritaba sin cesar que otra vez llegaría tarde a la escuela.
Termine de alistarme y baje las escaleras con cansancio en el rostro, al entrar a la cocina me encontré con Trevor (mi padrastro), lo salude con un asentimiento de cabeza y tome una manzana para salir corriendo a la escuela.
Al llegar me adentre rápidamente pues faltaban solo 5 minutos para empezar. Corrí por los pasillos en busca de mi casillero cuando sentí el impacto de un cuerpo contra el mío. Levante la mirada y note que no había chocado con cualquier alumno, si no con el extraño vecino de Allie del que se rumoreaban varias cosas, claro que cada estudiante en la escuela tenía su propia versión de quien era Dylan Summers.
Bajó la mirada al suelo y susurró un perdón, me ayudó a recoger mis cosas y salió disparado corriendo por el pasillo desierto. Corrí hacia el salón que tenia la puerta cerrada (lo que indicaba que el señor Armstrong ya había comenzado la clase), toque dos veces y espere unos segundos, cuando estaba por darme la vuelta para marcharme, escuche como abrían la puerta dejando ver a un señor Armstrong que lucia una cara de enojo y cansancio. Al intentar explicar el porque de mi retraso el me interrumpió diciendo -Señorita Burton, que bueno que se digno a venir.
-Lo siento señor Armstrong, no volverá a pasar lo prometo.
-Por supuesto que no volverá a pasar, detención después de clases así que ahora siéntese Burton y deje de estorbar.
Solté un bufido y me adentre al salón, recorrí con mi mirada el salón y note que el asiento a lado de Allie estaba vacío y rápidamente me senté.
Allie me miro y me dedico una sonrisa burlona, a lo que yo respondí segundos después.
Creo que adoraba el hecho que 9 años después de aquella clase de ballet Allie y yo seguíamos siendo mejores amigas, mientras que a Elena la conocíamos de tan solo 4 años atrás. Elena era una persona dificil por que solia ser cruel con todos y normalmente solo era amable con Allie, creo que en el fondo me odiaba por que ella queria mi lugar, ella quería ser la mejor amiga de Allie pero eso jamás pasaría.
Cuando volví a la realidad note que el señor Armstrong me miraba esperando a que le contestara, el problema es que yo no tenia idea de que diablos había preguntado y los demás solo me miraban sin darme pista alguna.
Lo mire por lo que parecía horas y dije: -No sé.
-Es eso Amanda?- pregunto el con ironía - Espero que esa no sea su respuesta para todo en la vida, le aconsejo que se esfuerce o reprobara el año.
Me quede callada y continuo hablando. -Este año e decidido dejarles un proyecto que algunos de ustedes amaran ya que tienen el resto del semestre para escribir un libro sobre cualquier cosa. Incluso pueden usar las tontas ideas que salen de sus pequeños cerebros. Muchos comenzaron a verse entre si con entusiasmo. - Aquel que me entregue el mejor no solo tendrá 10 en mi materia durante todo el semestre, sino que también recibirá una oferta para publicarlo en una de las editoriales más famosas del país y podrán participar en el concurso anual de escritura para así tener la oportunidad ganar al menos 50 mil dólares.
Realmente la idea me emocionaba pero trate de mantenerme calmada.
-Así que, ¿Que están esperando?- dijo el señor Armstrong mientras me miraba con sus verdes ojos .
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Al oír eso me quede paralizada, esta sería la oportunidad perfecta para demostrar realmente cuanto quería esto. Cuando me puse a pensar sobre cuál sería mi tema vino algo a mi cabeza pero inmediatamente lo mande muy lejos; no podía si quiera pensar en Dylan Summers , aunque el fuera todo lo que quería saber.
Después de tomar 2 fastidiosas horas de detención con el señor Armstrong y con algunos chicos que había visto alguna vez por el pasillo, tome mis cosas y salí del salón de castigos.
El reloj de mi muñeca marcaba las 9 pm en punto y mi teléfono marcaba 10 llamadas perdidas de mi hermana junto un mensaje de texto que decía :
-Donde estas?! Mamá va a matarte cuando llegues, será mejor que tengas una buena excusa.
Cuando termine de leer el mensaje mi respiración se detuvo, "Demonios" había olvidado completamente decirle a mama que me quedaría.
Apresure el paso por la húmeda calle por la cual camino todos los días con Allie y Elena, debía admitir que esta calle por la mañana se veía muy colorida y me resultaba algo espeluznante a esta hora de la noche ya que no había niños jugando en las calles y la cafetería se encontraba cerrada. Solo se escuchaba el sonido de mis pisadas contra la grava y mi respiración agitada por apurar el paso, en eso escuche unas pisadas y sabía bien que no eran mías, comencé a preocuparme a medida que se acercaba más y más.
Mire de reojo y vi a una persona que caminaba en la misma direccion que la mía mientras tenia la mirada clavada en el cemento humedo de la calle, no pude ver su rostro por que tenia una capucha que le cubria casi toda la cara.
Entonces el levanto la mirada ...
