The connection is strange

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Miraba la botella de sake que sostenía entre sus manos frías. Tenía frío. Ya muy poca gente se encontraba en el gran jardín, que había sido el escenario de la increíble fiesta después de la boda en la iglesia, y las pocas personas que quedaban no iban a durar mucho tiempo. Los novios se habían marchado unas horas atrás rumbo a su luna de miel. Los meseros encargados de la fiesta ya estaban recogiendo los utensilios de las mesas, mientras la encargada del personal encargado de la decoración desmontaba y empacaba todo lo que habían traído, siguiendo las órdenes de la empresa organizadora de bodas que se aseguraba de que nada faltara, dejando algunas mesas y sillas hasta que los meseros retiraran los utensilios. Habían decidido dejar la música para amenizar mientras arreglaban todo, aunque habían bajado el volumen lo suficiente para que no se escuchara en todo Tokio, como horas atrás.

Después de unos minutos, ella era la única de los invitados que quedaba. Sentada en su silla, en el lugar asignado en la mesa que le correspondía con su grupo, hacía ya unas horas que era la única presente de su grupo. No se había movido para nada, lo cual dificultaba el trabajo del personal que no podían recoger nada de la mesa porque la señorita no permitía que tocaran lo que había en ella, mucho menos el sake.

Hace unos meses, recibió una invitación de parte de Sasuke Uchiha para asistir a su boda. Se casaba con Sakura Haruno. En aquel momento, la realidad volvió a golpearla. Lo hizo también cuando se enteró de que ellos habían comenzado su noviazgo. Ella no podía hacer nada en contra de eso, ya que Sasuke no la amaba y nunca lo haría. Sería otro rechazo más por su parte. Tampoco podía odiar a Sakura por haberle quitado algo que nunca fue suyo.
Además, tenía la suficiente dignidad propia como para no llorar por él. Sin embargo, le dolió mucho.

No era ese dolor que sientes cuando alguien te rompe el corazón, sino más bien su dignidad y orgullo dolían. Aunque lo haya confundido con un corazón roto, nunca se enamoró de Sasuke; ella se había obsesionado solo por lo genial que era. Desde que lo conoció, era alguien serio, indiferente, misterioso, fuerte y apuesto, simplemente perfecto a sus ojos. La dejó sin palabras por su belleza desde que era niño, quedando hechizada por él pero sin sentir amor, simplemente había desarrollado un cariño especial confundiéndolo con amor. Fue una obsesión hacia el chico. Se fijó en él desde tan joven que nunca se interesó en nadie más que en él. Por esa razón dolía su dignidad y orgullo.

Había perdido 9 años buscando amor en alguien que nunca mostró interés más allá de la amistad. Le dolía saber que había malgastado su tiempo con alguien que nunca la vio de manera romántica. Quizás si se hubiera dado cuenta antes, habría sido la primera en casarse con un hombre que la amara y cuidara. Ahora, tal vez pueda buscar a alguien que la ame de verdad, aceptando sus imperfecciones. Karin Uzumaki no aparentaba ser una mujer romántica o al menos no aparentaba que le gustará la idea del romance, pero quería amar a alguien con todas sus fuerzas y ser amada de la misma manera. Ya no quería sentirse sola. Ya no.

Por ahora quería vaciar toda la botella y las restantes que estaban en la mesa, las cuales eran vigiladas por los meseros que acechaban con las intención de llevárselas.

De repente, alguien se sentó a su lado en otra silla. Rodó los ojos al ver de reojo quién era: el peliblanco. Lo que le faltaba. Lo feo era que el alcohol aún no hacía efecto. Durante unos minutos nadie dijo nada, hasta que Karin se hartó del silencio del oji morado

-¿Qué quieres?... creí que te fuiste- habló para luego tomar otro trago de la botella
- ¿Eres tonta?...Vinimos en el mismo auto.... te debo llevar hasta tu casa- habló tranquilo. Ella chasqueó la lengua. Se le había olvidado ese detalle.

Jūgo le había pedido a Suigetsu que la  pasará a buscar, ya que Karin no quería ir con la excusa de que su auto estaba en el mecánico. Aunque Jūgo entendía su situación, Sasuke necesitaría a sus amigos en un día tan especial e importante.

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