Wrong

Instantes

Cojo un pañuelo de la cómoda y me limpio los restos de sangre antes de ponerme mi camiseta favorita, sencilla y negra cuyas mangas me quedan un poco largas.
Llamo a Joan para ver si debemos irnos ya y como me dice que no,decido ir a dar una vuelta.
Vuelvo al estudio donde hemos grabado antes y observo las cámaras con curiosidad.Siempre quise saber usarlas pero nunca tuve tiempo para aprender.
Tarareo una de las canciones de nuestro primer disco, la que compusimos todos juntos entre risas y bromas.
Al recordarlo no puedo evitar sonreir. Éramos estúpidos y más jóvenes aún pero nos lo pasábamos genial. Debería seguir siendo así.

-Hola-Joan se me acerca por detrás. ¿De donde ha salido?

-Hola-le respondo.

-Nos vamos dentro de poco, venía a avisarte.

-Está bien, ahora voy.

Le veo dudar entre irse o decirme algo y al final se vuelve hacia mi.

-¿¡Podríais parar ya!?-me grita-¡Entiendo que te hizo daño y que no quieres perdonarle, entiendo que le ames y que quieras mantenerlo oculto pero no nos hagas sufrir a los demás, no me hagas sufrir a mi!

Le miro sorprendido.

-Veros así duele, ver que esa amistad que nos unía se ha disuelto. ¡No queda nada de lo que éramos antes! No quiero que esta aventura termine, no quiero que tras seis años caigamos en el olvido, no quiero que nos distanciemos y acabemos siendo extraños.

La rabia tiñe su voz y eso me asusta. Joan es el tranquilo del grupo, el sentato, el que planea todo. Verle así es horrible. Pero saber que tiene razón es lo peor de todo.

-Lo siento-susurro. Es lo único que atino a decir.

Joan asiente con la cabeza y se marcha.

Vuelvo a mi camerino y recojo mis cosas en silencio, sin saber que hacer.

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Subo a la camioneta sin atender a nada ni nadie.

El viaje transcurre en silencio, con cada uno metido en su burbuja.

Esta situación me desquicia.

Necesito un tiempo para mí, alejado de todo,de todos.

Y así decido que me iré a mi pueblo, tan solo unos días. Descansaré, pensaré y encontraré una solución para Aarón.

Eso es lo principal.No puede volver a ocurrir.No volverá a ocurrir.

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Llegamos a mi casa y me bajo de la furgoneta bajo la atenta mirada de Joan.

Necesito un respiro, un cambio de aires.

Voy al cuarto de baño y cojo la maquinilla de afeitar. Antes de poder arrepentirme comienzo a raparme el pelo, observo los mechones caer, como si fueran épocas de mi vida que estoy dejando atrás cuando tocan el lavabo.

Y así lo dejo todo, a Alex, a mis cicatrices, al grupo, hasta que no queda nada, solamente yo.

Sonrío de verdad por primera vez en mucho tiempo. Me siento feliz.

Y por fin admito que deseo cambiar, que he cambiado,que estoy cambiando.

Siento que estoy más cerca de poder vivir de nuevo, de ver los colores y dejar los grises en una esquina.

Creo que puedo superar todo, que no hay barrera que no pueda saltar.

Creo en mi por primera vez en mi vida.