Primer bocado

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-¿Listo su alteza?

-...















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La iluminación opaca de aquél cielo carmesí que estaba encima del infierno era tan sombría como siempre, las calles llenas de gritos y desesperación juntadas con el caos que siempre habia en el infierno y sus habitantes. En una de sus tantas caminatas, un demonio con voz distorsionada y apariencia de venado con cabello color fresa iba con una caminata lenta por la acera, su mirada se dirigía a su alrededor lleno de caos y habitantes infernales de los más horribles, y aún así conservaba una característica sonrisa en su rostro a pesar de todo el dolor a su alrededor.

Su caminata se dirigía a su nuevo proyecto, un hotel para redimir a aquéllas almas condenadas al sufrimiento, almas podridas, que tal vez podrían tener una luz de esperanza, tal vez podrían ser salvados de aquella purga que el cielo anuncia cada año, algo de humanidad en su alma corrupta y una mínima posibilidad de subir al paraíso, ascender felizmente al cielo, o eso es lo que veía la fundadora de aquél hotel, Charlie Morningstar. Alastor solo disfrutaba de su fracaso ayudándola de vez en cuando para verla fracasar otra vez, un cuento repetitivo y adictivo para Alastor.

Al llegar a su destino se encontró con una vista interesante, había una gran limusina de color negro y rojo carmesí en la entrada de aquél hotel, su curiosidad lo llamó, así que entro cuidadosamente al hotel aún sonriendo para encontrarse con Charlie y Lucifer, el rey del inframundo, el que alguna vez fue un ángel de Dios y querido por el cielo, y ahora es simplemente un caído condenado a reinar a las criaturas viles que yacían en el infierno. Su mirada flaqueo hacia Charlie con una mueca la cual fue escondida por su amplia sonrisa.

"¡Alastor! que bueno que llegaste." -Admitió la princesa con una sonrisa y una mirada rápida a su padre.- "Papá, éste es Alastor, es el administrador del hotel y por el cual tenemos la suerte de que se vea así de lindo" -Presentó Charlie a Alastor.

Lucifer se quedo viendo a aquél venado de pies a cabeza con una mirada indiferente, forzó levemente una pequeña sonrisa y extendió su mano izquierda para darle un apretón de manos al venado.

"Un placer." -Dijo secamente el rey con un agarre débil en sus manos. Alastor correspondió el apretón y asintió con su cabeza a modo de respuesta.

"Encantado su majestad, nunca habíamos tenido a alguien de tan alto cargo aquí, créame amará cada centímetro de este lugar." -Llamó entusiasmado Alastor con aquella voz distorsionada llena de carisma, sus manos no parecían quedarse quietas y estaban en constante movimiento, su mirada fue dirigida nuevamente al rey, analizando mejor su comportamiento, se veía molesto por alguna razón, indiferente ante la presencia de un Overlord tan poderoso como Alastor.

Lucifer se aclaró la garganta y dirigió sus palabras a Charlie, charlando amigablemente sobre el hotel, mientras Alastor se quedaba escuchando atentamente la conversación sin interrumpir.

Después de unos minutos de charla, Lucifer decidió partir nuevamente a su palacio con la excusa de estar muy ocupado con sus cosas importantes de rey, ¿no? ¿es creíble?, Charlie acompaño a su padre hacía su vehículo mientras Alastor se quedaba dentro del hotel sin la más mínima intención de despedirse del rey. Por su cabeza pasaban muchas cosas, ¿por qué Lucifer vendría al hotel en primer lugar? ¿siquiera apoya el tonto plan de Charlie?, unas iban otras venían, pero hubo una que no se sacaría de la cabeza.

¿Ha que sabrá su carne? Es un ángel después de todo...

Esa pregunta no lo dejaría dormir, si es que siquiera cierra los parpados por la noche, eso sí su boca se hizo agua al pensar en tan solo morder un pedazo de carne angelical, habría que probar alguna vez.

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⏰ Última actualización: Feb 04 ⏰

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