💚. It's a Nerd

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Palabras clave: Uniforme, Exhibicionismo, Lencería, Asfixia, Maquillaje, Boypussy, Sexo a pelo, Consentimiento DUDOSO.

El día siguiente transcurrió con normalidad. La comida, las clases, los entrenamientos; pronto cayó la tarde y cada quien aprovechaba su tiempo como más le convenía.

Todoroki estaba ahora en el gimnasio de la academia, fortaleciendo sus músculos. Estaba acostado mientras levantaba pesas; usaba solo sus pantalones deportivos ya que la camisa se la había quitado hace tiempo porque estaba mojada de sudor.

Ya no quedaba mucha gente en el gimnasio, la mayoría se fue a duchar apenas terminaron con sus rutinas; creyó ver que Kirishima y Midoriya continuaban ahí, además de otras 3 personas. Todoroki también estaba por terminar sus ejercicios, hasta que sintió una presión sobre su pelvis.

De no ser porque si soltaba las pesas estas caerían y le aplastarían el cráneo, se obligó a mantenerse concentrado en su ejercicio. Eso no evitó que levantara un poco la cabeza para ver qué fue lo que estaba sobre él.

Se encontró con una persona dándole la espalda, por la forma puntiaguda de su cabello rubio supo quién era.

– Bakugou, ¿Qué haces?

– ¿Qué te parece qué hago, idiota? – Le respondió con otra pregunta – Te doy ánimos.

Bakugou restregó su pelvis, y aquello ocasionó que la polla de Todoroki se empezara a endurecer. Pero no, ahora debía concentrarse en terminar su serie de ejercicios y ya después vería qué hacer con aquel rubio travieso.

– B-Bakugou, nos pueden ver...

– ¿Sí? Que se jodan.

Debido a cómo se encontraba sentado Bakugou sobre él, la gente no podía ver claramente qué sucedía. O sea, sí, podían ver a Bakugou sentado en el regazo de Todoroki, pero no podían ver que el rubio liberó la verga de la ropa y que ahora se restregaba con ella.

Se sentía tan bien que Todoroki pensaba que Bakugou se quitó su ropa también. No es que pudiera ver algo porque seguía ejercitándose y la espalda de Bakugou le tapaba la vista. Pero esa sensación, esos pliegues que se restregaban en cada vena que palpitaba de su polla. Debía haber una explicación.

– ¿Te gustan mis leggins? – He ahí la respuesta – Los compré en línea, se sienten como una segunda piel. Puedo sentir el calor de tu verga en mi coño aún a través de la tela.

Todoroki apretó los dientes mientras seguía. Se forzaba a no pensar en Bakugou, a no sentir su coño restregándose en su polla; solo debía pensar en el dolor de sus músculos mientras subía y bajaba las pesas, solo tendría que hacerlo unas 3 veces más y terminaba.

– Carajo, quiero meterme tu polla hasta...

– Hey, chicos, ¿Ya terminaron? – La voz de Kirishima desvió la atención de ambos pero aquello no disminuyó el temor de Todoroki.

Iban a ver que estaba excitado. Maldito Bakugou iba a... Ahogó un jadeo. No sabía cómo, pero ahora su polla estaba rodeada de un apretado calor familiar que casi le hace soltar la pesa.

– Joder, pelo de mierda, espera tu maldito turno – Bakugou no se quitó de su regazo, y aquello no pareció tan raro para que Kirishima preguntara.

– Lo siento, hombre, he estado siguiendo la misma rutina que Midoriya y aquello me tiene emocionado.

– Tch, la anciana de la enfermería ya tiene bastante con los huesos rotos de Deku, te va a sacar a patadas si tú te unes al club de los lisiados.

– ¡Son los gajes del oficio! Quiero ser tan fuerte como pueda.

Mientras más alto el ego más duro caeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora