Promesa de amor

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La mañana por el campus era tranquila, Atsushi terminaba de revisar los trabajos que con esfuerzo hizo durante toda la semana, dedico los pocos minutos a finalizar en el silencio que tenía en ese lugar lejos de los demás, antes de que cierta persona bastante ruidosa llegará a trasplantar su calma por desastre. 

Dazai, su superior solo era una causa perdida, no sabía cerrar la boca ni mucho menos quedarse quieto. Suspiro exhausto de recordarlo, también es bastante problemático, burlón y por supuesto alguien bastante mal de la cabeza también. Podía describirlo, como aquello que todos llaman mala influencia, Atsushi no justifica su comportamiento pero sabe que no es mala persona.

Lo mejor que ah echo fue presentarle a su actual novio. Akutagawa era un chico insistente que no dejaba ni un segundo en paz a Dazai, lo que no era del agrado de esté, por lo tanto busco una y mil veces quitárselo de encima, y así fue como ambos se acabaron conociendo.

Fue un odio mutuo en un comienzo, sin embargo, con el pasar de días se volvían cercanos, tenían salidas, casi a diario se visitaban en sus casas, pronto empezaron a tomar asiento juntos en clase y compartir su almuerzo.

¿El resto? Solo basto reconocer sus sentimientos y confesarse, claramente la iniciativa la tomo Akutagawa, ese día le regaló flores y por vez primera lo beso con parsimonia e ímpetu. Le confesó todo su amor, y se sintió bien, bien de ser correspondido por el chico que le gusta.

Desde entonces llevan cuatro años de relación, sus días de juventud habían pasado comenzando un nuevo capítulo en sus vidas, la universidad no era inevitable y Akutagawa no podía ignorarla. Atsushi tuvo que darle palabras de aliento y motivadoras, decirle que estaría bien para que se marchara a estudiar sin preocupaciones.

Han pasado año y medio lejos, aunque aprovechaban sus vacaciones para visitarse no era lo mismo pasar únicamente solo días, que pasarlos todos juntos. Atsushi por su lado temía perder a su novio, que lo especial que los une se pierda por causas de la obligatoria separación. El miedo constante de recibir la llamada de su Ryu, y escuchar un "terminamos lo aterraba como nada.

Sus pensamientos no había traído nada bueno, otra vez. Escucho el timbre sonar, y con evidente inconformidad guardo sus libros, tenía la sensación de que no sería un buen día, si bien, se aferró a ser positivo y poner su mejor cara, debía ser paciente y esperar por su novio, lo esperará como se lo prometió no importa el tiempo así lo haría.

Llegó el atardecer, agotado de las clases por el día de hoy, lo único que pidió es llegar a casa y descansar. Caminando a medio pasillo, no espero la animada presencia de su amigo.

—Atsushi. — hablo con su característica voz ruidosa y emocionada, sujetando del cuello al menor bajando un poco su altura. — ¿Cómo estás, pequeño?

—bien, solo que estaría mejor si me dejara ir por mi cuenta.

Dazai lo soltó, aveses olvidaba lo sensible que Atsushi era, como si quisiera poner una barrera y no ser tocado por nadie.

Continuaron el recorrido en completo silencio, con dirrección a la salida, algo que se le hizo extraño al menor. Que Dazai lo siga no es lo habitual.

—¿Acaso Chuuya lo ah dejado? — preguntó.

Entonces la expresión de Dazai paso de una desinteresada a una de tristeza, y un tenue enojo.

—ese malagradecido del chibi no acepto salir conmigo, ¿Puedes creerlo? Yo que me la pasé buscando un lugar apropiado y decente para llevarlo a comer. — hablo con tono bastante indignado.

—no me sorprende que no acepte, después de todo usted nunca cambia.

—¡Oye! Claro que lo iba a llevar a un buen lugar digno y fino como lo merece mi chibi.

Atsushi nuevamente se burló viendo el drama que Dazai creaba. Aveses no podía evitar envidiarles, se tenían juntos y Dazai, bueno el se esforzaba a su manera pero sabe que ama a Chuuya mucho.

Llegó a su pequeño departamento, siendo recibido por el maullido de su pequeño gato, Byakko corrió a su lado enseguida, enrollando su cola en los pies de su dueño pidiendo así comida y un poco de caricias. Atsushi dejo sus cosas en el mueble, alzando a su mascota mientras caminaba a la cocina, ahí dejo lo dejo en el suelo buscando una lata de su comida dándola rápido a Byakko, quien al instante empezó a comerlo todo.

Se dirigió al sofá, solo quería descansar por un momento. Se recostó de manera cómoda viendo los mensajes de su celular, la mayoría eran de Akutagawa enviados desde medio día, enseguida entró a su chat y contestó. Ahora debía esperar por su contestación, sin embargo, no espero la llamada entrante, sus ojos se iluminaron al ver el nombre de su novio.

—Ryu — llamó feliz al descolgar.

—hola Jinko, ¿Cómo estás?

—extrañándote.

Atsushi suspiro, sabía que debe ser fuerte en su espera pero no podía seguir estando lejos de Akutagawa.

—tonto... Yo también te extraño. — confesó.

Hubo un momento de silencio, quizás entendiendo la realidad, ahora no podían estar juntos, las pocas conversaciones que tenían no eran suficientes, el tiempo caminaba y la lejanía se volvía día con día más grande. Akutagawa comprendía las inseguridades y temores que Atsushi despertó, lo conoce tan bien como para tener en claro que le aterraba perderlo, mismo miedo que tenía, no pensaba perderlo por nada del mundo.

—Akutagawa yo

—escucha. — interrumpió de repente. — Jinko, Te amo.

—Ryu... Eso es

—una promesa de amor Atsushi. Significa que estaré contigo siempre, ¿Lo entiendes?

Atsushi contuvo un sollozo, llorar fue lo único que se le ocurrió al oir las palabras de su novio, que aunque sonarán un poco toscas sabía que es sincero con lo que decía.

—si, si, yo también te amo Ryu.

Akutagawa escucho sonar a su corazón con fuerza desbocada al escuchar de vuelta lo mismo. Sonrió embelesado, es  feliz con jinko, por que quería cambiarlo si él lo es todo.

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🧁Sweet Honey; LoveBruaryShinSoukoku🧁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora