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–AMY! puedes abrir la puerta de una vez! –ella levantaba cada vez mas su voz –esta lloviendo muy fuerte y tengo frio.
–ya voy que estoy en pelotas! –buscaba con la mirada la maldita toalla, que por cierto estaba en mi habitación. Mojada y muerta de frio corrí desnuda hacia mi cuarto, la escena era divertida cualquiera podría verme por la ventana que estaba abierta aunque me da igual, como si nunca hubieran visto unas bubis o un trasero.
Fui corriendo hacia la entrada envuelta en una toalla, Spencer olvido nuevamente sus llaves y yo tengo que socorrer cuando eso pasa, le abrí dicha puerta la morena me miro enojada, esta estaba empapada y su maquillaje se deshacía.
–porque tardaste tanto Amy? Viste el tornado afuera –la mire confundida cabe aclarar que es muy exagerada cuando quiere, solo es una pequeña tormenta, como todos los días en Londres –no me digas que estabas haciendo cosas chanchas y por eso no me abrías –me observa pícaro, pero luego estalló de una carcajada.
–en esta casa hay una sola pervertida, y eres tu –cuando me di vuelta me resbale y mi trasero estalló contra el piso, Spencer tiende a reírse primero y luego me va a ayudar, pero solo me estaba mirando y pues mi toalla no yacía en mi cuerpo.
–cuando te crecieron las tetas? –esto es muy vergonzoso –que lindas –se empezó a reír y fue hacia la sala a dejar las compras sin ayudarme, vaya si que me dolía el culo.
Me fui a vestir, hoy comenzaba mi primer día de trabajo, una amiga de la Universidad me ayudo con un puesto en la empresa de su familia y tenia que estar lo mas presentable posible, ya que es una de las casas de moda mas prestigiosas en Londres.
No sabia que ponerme, aunque creo que es un puesto de Secretaría no creo que tenga que usar vestidos, por eso opte por un aburrido pantalón de oficina y lo combine con un blazer, también demasiado aburrido.
–vaya, te vas a un funeral amiga? –levantó una ceja mientras analizaba mi atuendo –ponte color, el negro te hace pálida –me mire en el espejo de la sala, Spencer tenia razón pero así me quedaré, me da fiaca volver a cambiarme.
–estoy perfecta, que dices –esta puso sus ojos en blanco, siempre me considere una persona de bajo perfil Spencer era todo lo contrario, ella era el alma de las fiestas, todos la adoraban hasta yo la adoro, ella es muy importante para mí sin ella mi vida no tendría colores.
–yo digo que optes por un labial rojo que te ilumine cariño, resalta esa belleza –se paro y me abrazó la diferencia de altura es muy notable, luego saco de su bolso aquel labial rojo intenso, comenzó a pintar mis labios –te vez preciosa ve a conquistar a esos empresarios, estoy Segura que conseguirás el puesto.
–gracias, haré todo lo posible –me despedí de la morena y salí de casa.
