pull your strings for one more dance [l.s]

deux.

「 Gave me no compasses,
gave me no signs
Were there clues I didn't see? 」
— Invisible String, Taylor Swift.

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Old Harlow.
Agosto 2000.

Los rayos del sol veraniego se filtraban a través de los amplios ventanales del local, señalando la grata llegada del verano al pequeño pueblo del sur de Inglaterra.

Ninguno de sus días había sido tan aburrido como este; la mayor parte del tiempo era acompañado por Rebekah, la adorable mujer de la tercera edad que era dueña de la pastelería. Ella había decidido dejar al rizado a cargo de su pastelería durante el fin de semana ante su repentino viaje a Londres tras el nacimiento de su bisnieta.

"...45", musitó Harry por lo bajo manteniendo su mirada perezosa sobre el brillante letrero luminoso, siendo el mismo el cual había pasado una gran parte de su tarde contando la cantidad de veces que este parpadeaba en lo alto de la puerta tras la notable ausencia de clientes.

Llevó su mano izquierda hacia dirección de su boca, tratando de cubrir el bostezo involuntario que amenazaba con deslizarse a través de sus labios. Para después rechistar al sentir las gotas de sudor deslizándose a través de su nuca, provocando que el material de su camisa verde de su uniforme se comenzara a adherir a la forma de su espalda.

Cuando hacía un par de meses atrás la emocionante idea del verano a punto de aproximarse se deslizaba a través de su mente, centenares de escenarios exorbitantes sobre las posibles ideas en las cuales podría transcurrir su verano; adaptaba vida a través de su dulce imaginación, comenzando a crear escenarios en los que actualmente estaba muy lejos de llevar acabo.

En cambio, para lástima del adolescente, ninguno de aquellos escenarios se podía siquiera asemejar a la idea de trabajar frente a un horno cinco horas a la semana en plena ola de calor. Se encontraba así mismo arrepintiéndose cada maldito segundo que pasaba sentado frente aquel mostrador por haber aceptado el trabajo para tratar de ganar dinero propio y demostrarle a su hermana que podía ser lo suficientemente responsable para durar más de un mes manteniendo un empleo.

Trasladándose así mismo a un par de semanas atrás, situándose a la hora de la cena con su madre y hermana quienes se encontraban frente suyo parloteando acerca de cualquier cosa trivial que pasaba como un bucle sin fin alrededor de su cabeza. Sin embargo, hasta que su hermana había empezado a hablar sobre el anuncio de contratación fijado en el ventanal de la pastelería del pueblo durante su caminata mañanera tomó su atención e intriga.

Aquel comentario por parte de su hermana lo había encontrado como una opción viable para poder ganar su propio dinero para arreglar el viejo Jeep que su abuelo le había heredado antes de morir y demostrarle a su hermana que podía ganar dinero propio consiguiendo un trabajo en el cual podría durar más de un mes en él.