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Hola, espero que estén muy bien, antes de comenzar les pido una gran disculpa por la tardanza, la verdad es que estaba en un bloqueo, eh estado entregando varios proyectos en mi escuela, a demás que últimamente no eh estado muy bien física y emocionalmente, pero después de tanto pude volver a escribir y no saben cuánto disfrute haciendo este capítulo. Sin más por el momento, que disfruten del capitulo <3


Pov. Reynold

Iba camino a casa de Izel, mi recorrido era alumbrado por los faros de mi carro, las luces de las casas que se encontraban prendidas y la luz de la luna. Había personas caminando, algunos cenaban en restaurantes de la zona o en cafeterías; lo único en lo que yo podía pensar era en ella, especialmente sus ojos, tan hermosas y únicos como ella; acabo de descubrir que lo que más me gusta de Izel son sus ojos. En ellos se podía percibir una tranquilidad, tenían un brillo especial y hermoso, le daban un toque a su mirada; seguramente han escuchado una frase que dice que "los ojos son la ventana del alma"; cada persona expresa sus sentimientos de maneras distintas, un gran ejemplo de ello, el enojo, algunos lloran, otros gritan, otros cuantos rompen cosas o responden de manera muy agresiva, algunos no son tan consientes del daño que le puden causar a otras personas de la manera en que expresan sus emociones, pero en todos hay algo en común, esto se ve reflejado en los ojos; cuando te enamoras o estas feliz por ejemplo, estos brillan como si de estrellas se tratasen, o, por el contrario, cuando estas triste, estos son oscuros, vacios. "Los ojos son la ventana del alma, los ojos son la ventana del alma", valla frase, esto nos viene a recordar que, no importa lo cuan fuerte te intentes hacer, los ojos te delatan, somos humanos y tenemos el derecho de sentir, algunos están bastantes lastimados por esta sociedad de mierda que les hacen creer que esta mal sentir, expresarse libremente, y no tiene otra manera de expresar lo que sientes mas que a traves de ellos, de los ojos.

...

Llegué, estaba muy nervioso, ya había salido con mujeres antes, pero ella era diferente, era especial. Estaba parado frente a la puerta de su casa sosteniendo el ramo de tulipanes en la mano derecha, mientras que con mi mano izquierda, temblorosa, tocaba el timbre, pasaron 1, 2, 3 minutos, que para mi, en mi nerviosismo, fueron eternos; abrio la puerta, estaba parada en frente de mi, sonriendo me, llevaba puesto un vestido largo de color verde, zapatos negros, collar colores oro, una arracadas pequeñas del mismo color que el collar y su cabello era recogido en media coleta.

Izel: Hola!

Reynold: Hola, cómo estás? - decía mientras la saludaba con un beso en la mejilla -

Izel: De maravilla

Reynold: Me alegro, te traje flores.

Izel: Son hermosas, muchísimas gracias!

Reynold: No hay de que, nos vamos?

Izel: Claro.

Nos dirigimos hacia mi camioneta, le abri la puerta del copiloto para que ella pudiera entrar, después le di la vuelta para entrar en la parte del conductor y empezar nuestro camino. Ninguno hablaba, era un silencio cómodo, puse música en la radio y comenzó a sonar Voilà, la observaba de reojo viendo como sus labios se movian con la letra de la canción.

Llegamos al restaurante, un restaurante de comida italiana, era muy bonito y elegante. Nos acercamos a la persona que estaba atendiendo y me preguntó por mi reservación. Nos pasó a una mesa de dos, con una vela unas rosas que la adornaban, a lado de esta se encontraba una ventana, nos daba una excelente vista; todo era hermoso.

Pedimos de cenar, y nos la pasamos increíble esa noche, fue una velada maravillosa que nunca olvidaré; terminando de cenar salimos del restaurante y fuimos a dar un paseo antes de irnos, platicábamos y nos reíamos a carcajadas. Regresamos al carro y la lleve a su casa.

Izel: Muchas gracias por todo, está fue una noche maravillosa. Me la pasé increíble.

Reynold: Gracias a ti por aceptar mi invitación, yo también me la pasé genial; espero se vuelva a repetir.

Izel: Claro, bueno, me voy, cuídate y de nuevo, gracias.

Entro a su casa mientras se despedía con la mano, entre a mi carro con una sonrisa que no pude borrar durante todo el camino, de verdad que está chica era genial.
Llegué a mi casa, me fui a dar una ducha, me puse mi ropa para dormir, cepille mis dientes y me acosté viendo el techo, pensando en ella, su sonrisa, sus ojos, su voz, todo. Desde hace un tiempo que no me sentía tan bien con alguien.
No todo dura para siempre, aveces termina bien, aveces mal, pero siempre procuro no quedarme con los recuerdos que duelen, prefiero recordar esos momentos en los que fui feliz, los que disfrute y de los que aprendí, y está vez no sería la excepción; todos somos pasajeros en esta vida, y mientras esto dure, lo disfrutaría al máximo.

C. M. ♡

Slappy Doll (escalofríos) - slappy x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora