1. Esa noche

1.3K 206 10
                                    

James Potter/Pietro Maximoff

Siempre pensé que tendría una vida tranquila, donde podría ser feliz con mi familia, pero esa noche lo cambio todo, nunca la olvidaré porque esa noche perdí la oportunidad de ser feliz con mi familia, aunque no me arrepentía de nada. Todo lo que hice fue para proteger a mi familia y lo volvería hacer una y otra vez con tal de saber que pude lograr que escaparan y que estuvieran bien, era lo único que me importaba, aunque no viera crecer a mi hijo.

Sabía que Madison me odiaría tal vez por lo que había hecho, pero hice lo que tuve que hacer por proteger a mis pequeños rayos de luz y siempre lo haría sin importar nada.

Me encontraba con Madison y Harry en la sala jugando con los juguetes del segundo en el suelo. Sirius se había ido, y decidimos seguir un poco más disfrutando de esto. Estar encerrados por tanto tiempo podía hacer que perdieras la cordura.

Lo único que quería era salir y que Harry fuera a todos los lugares posibles, pero debíamos ocultarnos por la seguridad de todos. Incluso había un maldito traidor entre nosotros, ni siquiera podíamos esperarlo y tanto Sirius y yo lo buscábamos a nuestra manera. 

Solo quería que esto acabara de una vez, porque no soportaba ver a Mads destrozada de esta forma, sabía que al igual que yo, quería salir y vivir una vida tranquila todos juntos, pero hasta que Voldemort no estuviera muerto no podríamos hacerlo. 

Ni siquiera sabía cuanto tiempo seguiríamos así, pero los dos hacíamos todo lo posible, para que todo fuera bien, éramos un equipo después de todo y éramos el apoyo del otro.

—Voy a por las galletas de la cocina —dijo ella con una sonrisa, a lo que yo me limité a asentir con una pequeña sonrisa jugando con Harry y sus peluches, los cuales tenían la forma animaga de Sirius, Remus, Peter y la mía. Fue un regalo de Sirius y Remus, por navidades, algo que a Harry le encantaba tenerlos cerca siempre. Aunque no es por presumir, pero siempre dormía con el peluche de ciervo, digno hijo mío era.

Le miré y sonreí todavía más, amaba tanto a Harry, al igual que amaba a su madre. Los dos eran lo más importante que tenía, después de perder a mis padres, ellos junto a los demás habían sido mi salvavidas.

No era una persona que le gustara desahogarse, y ellos me conocían tan bien que sabían cuando no estaba bien. Después de todo, siempre estuvieron ahí para mí en todos los momentos, al igual que yo para ellos.

Siempre había intentado animar a todo el mundo, aun cuando yo ya no pudiera más y desde que somos niños Mads estuvo ahí para levantarme aunque ella no pudiera más. Fuimos y sabía que siempre seriamos el ancla del otro. 

Cuando yo estaba mal, ella lo sabía, aun sin tener que decírselo. Tenía un talento para averiguar cuando todo se me caía encima y ella evitaba que eso me derrumbara por completo. Al igual que yo lo había hecho con ella.

Madison era la chica más maravillosa que había conocido, nos conocimos con seis años y desde ese momento nos hicimos inseparables. Los años pasaron y comencé a enamorarme de ella, de esas pequeñas cosas que la hacían única, y a pesar de todo logré ganarme su amor y ahora estábamos casados y con un hijo. Algo que nunca pensé, porque siempre creí que ella no sentía lo mismo que yo y que solamente quedaríamos como mejores amigos, pero me llevé una grata sorpresa.

Todo lo que había deseado se había cumplido y estaba demasiado feliz, a pesar de las circunstancias.

Ella salió de la cocina por fin con un plato con galletas y se sentó a mi lado dejándolas a un lado. Harry al verlas gateo hasta ellas y agarró una para intentar comérsela, algo que me hacía demasiada gracia porque su manera de sujetarlas, hacía que se rompieran y cayera encima de él.

I Will Always Find You ||James Potter/Pietro Maximoff||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora