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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟖
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La fiebre de Wei Zhenge iba y venía rápidamente. Cuando la fiebre disminuyó, le dijo a Jian Yuanbai que iba a ser dado de alta del hospital. Para estar seguro, Jian Yuanbai originalmente quería que se quedara un día más. Después de todo, Resultó que era fin de semana, así que no hay necesidad de apresurarse a ir a la escuela.
Lo que más preocupa a Jian Yuanbai es que, aunque la fiebre de Wei Zhenge ha bajado, todavía no parece estar de buen humor, está apático y apático.
Jian Yuanbai dijo preocupado: "De lo contrario, puede descansar en el hospital durante la noche y luego recibir el alta mañana por la mañana. Después de todo, la fiebre acaba de desaparecer".
"Te ves un poco cansado mentalmente, así que ¿por qué no descansar bien por la noche?"
Wei Zhenge levantó lentamente los ojos para mirarlo: "¿No sabes por qué no estoy de buen humor?"
Jian Yuanbai: "Lo sé, tienes fiebre, así que necesitas descansar más".
Wei Zhenge cerró los ojos en silencio, levantó la colcha de la cama del hospital y estaba a punto de levantarse, "No, no lo sabes".
Dijo esta frase con un tono lleno de depresión y vicisitudes como ver a través del mundo mortal, como si hubiera experimentado todos los contratiempos del mundo, y Jian Yuanbai se sintió confundido cuando lo escuchó.
Pero escuchó con atención el agravio y agarró la muñeca de Wei Zhenge, "¿Fu Pengyi y los demás te acosaron de nuevo cuando me fui hace un momento?"
"Dímelo y te ayudaré a lidiar con ellos".
El corazón de Wei Zhenge se ablandó ligeramente y la asfixia en su pecho porque Jian Yuanbai lo obligó a decir palabras que lo avergonzaron tanto que deseaba poder ocultar su rostro desapareció. Olvídalo, pensó, al menos Jian Yuanbai realmente lo ayudó. Y preocupate por él.
Había una sonrisa en su rostro y sacudió la cabeza: "No, simplemente no me gusta quedarme en el hospital".
Esta frase no es mentira: a Wei Zhenge realmente no le gusta quedarse en el hospital e incluso odia el omnipresente olor a desinfectante en el hospital.
