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El aroma de ambos alfas inundaba el ambiente, después del pequeño enfrentamiento en la pista de Interlagos, ambos habían regresado a sus habitaciones de hotel, pero Sergio se había encargado de encerrarlos a ambos en su habitación, ambos tenían cosas de las que hablar.
Max había rechazado por completo cederle el lugar a Sergio, haciendo que este pierda puntos importantes, logrando asi enojar al mexicano quien ahora miraba a su compañero con enojo.
—Y bien Max, ¿Cuáles son tus razones?
El alfa menor miro a Sergio y le mostró una sonrisa socarrona ¿Quién se creía él para venir a cuestionarlo? —¿Por qué tendría que decírtelo? Sergio, yo soy el piloto principal, el alfa dominante, esa escudería gira en torno a mí, no tengo que darte explicaciones.
Sergio apretó sus puños aguantando la ira que se acumulaba en su ser, por otro lado Max soltaba una gran cantidad de sus feromonas intentando demostrar su punto, cosa que alteró más al alfa de Sergio, haciéndolo soltar un gruñido en respuesta.
—Tú no eres nadie aquí, yo siempre seré el que domine tanto dentro como fuera de la pista, que te quede claro, Sergio.
Si Max pensaba que él era el único que podía jugar a ser el dominante pues estaba completamente equivocado, ambos podían jugar a ese juego y Sergio no estaba dispuesto a perder.
Sergio le mostró una sonrisa coqueta a Max, cosa que desconcertó por completo al piloto holandes, quien perdido ante el cambio de actitud de su compañero no sintió el momento en que el alfa lo había tomado del brazo y lo había arrastrado hasta la cama de la habitación, empujándolo y haciéndolo caer sobre las suaves sábanas.
—Ay Maxie, Maxie. —Sergio soltó un poco de sus feromonas buscando adormecer al alfa debajo suyo, mientras sujetaba los brazos de este encima de su cabeza —Maxie, encerio piensas que eres el dominante aquí.
Max intentaba soltarse del agarre de Sergio, pero cada minuto que pasaba hacia que eso se volviera imposible, su lobo instintivamente gruño buscando alguna reacción en el mexicano pero este solo se burló de esto.
—Sergio, ¡Suéltame ahora mismo!
Ambos alfas forcejearon por algunos minutos pero la situación no se veía favorable por el lado de Max, quien ahora se encontraba boca abajo y sintiendo todo el peso de Sergio en su espalda.
El alfa mexicano paseo una de sus manos por la espalda de Max, quien se estremeció al sentir la mano del alfa dentro de su camiseta, se sentía vulnerable en esa situación.
