Introducción

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—Quien es tu papi bebé? –pregunto con una voz ronca–

Un pequeño cuerpo se acercó a aquel hombre que se encontraba sentado sobre una cama Queen, con la cabeza gacha gateo hasta él para luego sentarse sobre su regazo mientras sentía algo duro debajo suyo.

Dejo salir un pequeño gemido mientras que el hombre apretaba su cintura con sus grandes manos venosas.

—No haz respondido mi pregunta –dijo y esta vez apretó su gran trasero–

El pequeño se removió un poco sobre el hombre haciendo que este dejara salir un gemido ronco, el agarre en su trasero fue aún más fuerte.

—Tu papi~ –susurro el pequeño cerca de su oido–

Una sonrisa se formó en los labios del hombre de 30 años, mientras que el pequeño de 19 años  se movía impaciente por más contacto.

El hombre empezó a jugar con el pequeño coñito del chiquillo mientras esté chillaba de placer, esos largos dedos le hacían tocar el cielo.

La habitación se había llenado de pequeños gemidos que dejaba salir el pequeño, mientras que por parte del hombre este movía aún más rápido sus dedos, el pequeño se movía aún más mientras su cuerpito daba pequeños espamos y arqueaba su espalda por la sobredosis de placer que le daba el gran hombre.

No paso mucho cuando el pequeño tuvo su primer orgasmo, el hombre saco sus dedos del interior del pequeño y lo llevo a su boca degustando el sabor tan rico que tenía su bebé.

El pequeño cuerpo fue recostado en la gran cama mientras era despojado de la parte baja de ropa, esa falda que tenía hace un momento volvía loco al hombre.

En cuanto ya no tenía ninguna prenda el pequeño, el hombre se quitó el pantalón y la camisa que llevaba dejando a la vista su abdomen muy bien marcado y lo que tenía entre las piernas, esa gran verga era tan gruesa y larga.

En cuanto había terminado pudo ver cómo el pequeño abría sus piernas para él, su bebé había sido muy bien entrado por él.

Ese coñito tan pequeño, tan suyo, iba a destrozar una vez más ese pequeño...
Él le haría gritar una y mil veces mientras le enterraba esa gran verga que tenía, su pequeño lo recibiría y le apretaría tan rico, como a él le gustaba.

Tanteo un poco por que hacer primero pero en cuanto se disponía a devorar ese coñito tan apretado el timbre de la casa se hizo escuchar, aturdido y con un enojo notable se vistió únicamente con el pantalón que tenía anteriormente.

El pequeño se vistió también y cuando vio salir al hombre fue detrás suyo, en cuanto la puerta de la casa fue abierta pudo a ver su amigo, era Jackson.

Taehyung, ven cariño  –lo llamó suavemente– no me dijiste que saldrías –sintió como su voz cambio por completo pero disimulo–

Trago en seco mientras bajaba su cabecita y jugaba con sus pequeños deditos.

—Lo siento kook...se me olvidó –respondió bajito–

Dudo un poco pero al final optó por alzar la vista, en cuanto lo hizo tenía la mirada de kook encima suyo, este solamente asintió para después dejar salir un suspiro.

—Bien –dijo por fin para luego acercase al pequeño– de aquí no sales vestido así, así que ya sabes... –susurro cerca de su oido–

Fingió una sonrisa para luego separar del pequeño, Jungkook miro al amigo de su pequeño y se despidió de él con la mirada para luego caminar hacia el sofá que había cerca y sentarse en el.

Taehyung un poco asustado corrió hacia la habitación y se visto con otra ropa muy distinta, en cuanto termino bajo nuevamente hacia el primer piso.

En cuanto llegó a la sala de estar vio a kook sentado con los brazos cruzados, este aún tenía el semblante serio y una mirada de pocos amigos.

Con pasos lentos se acercó a él y beso sus labios, cosa que Jungkook correspondió gustoso.
Luego de unos minutos se separaron, los labios de Taehyung estaban de un rosa intenso.

—Te quiero temprano en casa –dijo Jungkook–...Y Taehyung está vez no te vaz a salvar –continuo luego de unos minutos–

El pequeño tembló de temor con las últimas palabras de su mayor, está vez nada lo salvaría.
Tardo unos minutos en recordar que afuera de su casa estaba su amigo pero en cuanto recordó, salió de casa con un notable sonrojo sobre sus mejillas.

Sería brutalmente castigo, sería sometido a todos los fetiches de su papi.
Pobre de él y su coñito, quién podría salvarlo..

Pobre de él y su coñito, quién podría salvarlo

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𝔼𝕝 𝕡𝕒𝕣𝕢𝕦𝕖 𝕕𝕖 𝕕𝕚𝕧𝕖𝕣𝕤𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤|| 𝕂𝕠𝕠𝕜𝕧 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora