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Diciembre, 2.

Decir que se sentía adolorido era poco y ni siquiera esa era la palabra correcta para describir el dolor que sentía en su espalda baja e boca no solamente fue salvaje si no que también fue..salvaje no había nada más que agregar ese fue el mayor sentimiento que trasmitió su cita de una noche a pesar de estar adolorido y débil no sabe como hizo para levantarse de su cama, dirigirse al baño tomar una ducha y vestirse ni siquiera podía tocar su espalda sin sentir el mayor dolor de todos aún así salió del cuarto para poder dirigirse a la cocina y preparar el desayuno, para él solo.

- Buenos días dormilón, ¿Cómo le fue a mi niño anoche? 

- ¿Qué haces aquí? 

Léa puso sus ojos en blanco al ver la poca empatia que demostraba su amigo después de que fue ella quien los junto y lo hizo pasar una noche increíble.

- Muchas gracias Léa por ti pase la mejor noche de mi vida, wow me alegra mucho sabia que no te ibas a decepcionar 

- sabes que si pero, aún quiero saber que haces aquí y como entraste

- Bueno, ayer no me llamaste a contarme como te fue y me preocupe un poco, ese tipo se ve con cara de matar a cualquiera que se cruce en su camino y no puede evitar verte tirado en una zanja sin signos vitales 

- Eres muy exagerada ¿sabias?

- Claro que si, pero aveces la exageración se vuelve realidad y yo no quería ir a la cárcel tampoco, soy demasiado sexy para estar encerrada 

El pelinegro no hizo más que bufar al ver como su amiga ponía una de sus manos en su frente como si se estuviera por desmayar, y si buen es cierto que después de cada de cita que tiene  él la llama para contarle todo lo sucedido pero justo esa noche se olvidó había caído tan rendido que ni siquiera se entero cuando se quedó dormido.

Se acercó hasta la alacena para poder buscar entre ellas un sobre de té para poder prepararlo, mientras ponía el agua para que esta hierva saco de la nevera el último paquete de fresas que le quedaba.

- Deberías comer otra cosa en vez de algo dulce 

- Son fresas, no tienen nada dulce 

- Están cubiertas de chocolate tras eso, son las ocho de la mañana como para que empieces a comer dulce

"Ajam" fue lo único que salió de sus labios estaba más que claro que no importaba que hora era o en que parte del mundo se encontraba si o si iba a desayunar fresas cubiertas de chocolate, por otra parte Léa estaba pensando como una persona de veinticinco años podía ser tan inmadura y irresponsable es obvio que a su amigo no le importaba su salud ni lo que comía o lo poco que comía.

- Él quiere verte otra vez 

- ¿Uhm?

- Edwan, me dijo que quería verte otra vez pero esta vez sin terminar en sexo, quiere conocerte un poco más al parece quedo interesado en ti

- ¿Cuándo te dijo eso?, ¿Él te llamó? 

- No, me lo dijo cuando iba de salida 

Y un pedazo de fresa ya masticada salió volando hacia el piso.

- ¿Qué?, ¿Cómo?

- Bueno, me vine directo a tu departamento ni bien me levante de mi sueño embellecedor te dije que estaba preocupada, al yo querer abrir la puerta pues Edwan me ganó y la abrió desde adentro y entonces me dijo eso 

- ¿Cómo ibas a entrar si no tiene llaves?

La rabia tomó su taza entre sus manos y se levantó del banco donde estaba sentando yendo hacia otro lugar.

Sálvame DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora