Sangre

UN SUCESO PUEDE CAMBIAR EL RUMBO DE TU VIDA

Era un día como otro cualquiera, 11 de la noche, no hacía mucho frio pero tampoco calor, estaba volviendo del trabajo por un camino cercano a un bosque cuando de repente se cruzó un ciervo por la carretera, empecé a mover el volante en todas direcciones debido al miedo de atropellarlo y el estrés que me generaba el momento, nunca antes había tenido problemas a la hora de conducir, y mucho menos esa situación, estaba paralizado, en mi mente hubo una lluvia de ideas, cada cual peor, "seguramente me vea y me esquivará", "frena lo más fuerte que puedas", "intenta esquivarle" pero una de ellas fue diferente "acelera y atropéllalo". Acelerar y atropellar al ciervo, acabar con su vida, una vida inocente y pura, más que la de cualquier humano nacido y por nacer, ¿por qué se me pasó eso por la cabeza? me pregunté.

 Cuando estás bajo una situación que no sabes controlar, tu cerebro empieza a barajar opciones, por muy malas que sean. Aceleré sin pensar por un segundo las consecuencias que conllevaría y arrollé a aquel animal, en cuestión de segundos toda la parte frontal de mi coche estaba vestida de una capa de sangre, paré el coche y durante 10 minutos estuve mirando a la nada, inmóvil, analizando la situación que se había creado en menos de 1 minuto. Bajé del coche para ver si podía socorrer al animal pero ya era tarde. en ese momento se me pasó por la cabeza la misma pregunta de siempre "¿a qué sabrá la sangre?"

Pasaban los segundos, los minutos, las horas y yo seguía allí, delante del cadáver de aquel animal, me vino un olor un tanto familiar, un olor a hierro que me llamaba la atención y me pedía a gritos que me acercara. Sin pensarlo mucho me acerqué al animal y lo empecé a arrastrar adentro del bosque. Todo mi cuerpo estaba manchado de sangre y cuando terminé de arrastrar el cuerpo decidí probar aquella sustancia tan peculiar, la sangre. Al momento de hacerlo no pensé en nada, me limité a degustar ese elixir, solo una pequeña cantidad, al hacerlo mi cuerpo me pedía volver a probarlo una y otra vez mientras me alejaba replanteándome absolutamente todo lo ocurrido.

El coche por suerte podía moverse ya que el impacto no fue a una velocidad muy elevada. Durante todo el camino estuve sumido en un completo silencio exterior, pero en mi mente había ruido, miles de voces y pensamientos que no me dejaban tranquilo. Al llegar a casa eché toda mi ropa a lavar y guardé el coche en el garaje, eran alrededor de las 2AM, vivo solo por lo que no tuve que disimular que todo iba bien. Decidí irme a dormir y tomarme unas pastillas para el insomnio. Fue inútil.

No dormí nada, ni 5 minutos, los pensamientos de ayer no cesaban, pero había uno que se repetía más que el resto "otra vez, quiero más" no entendía por qué, pero se repetía. Ese mismo día no pude parar de pensar en aquella sensación de placer que me dio probarlo. Por la tarde fui al carnicero y le pregunté si podía comprar sangre, me dijo que si, en ese mismo instante me dio un escalofrío por todo el cuerpo y una sensación de calma y tranquilidad.

 Lo compré y volví a casa lo más rápido que pude. Entré por la puerta y metí toda la sangre en una botella vacía que tenía, me quedé observando la botella y decidí dar un trago, por un momento las voces cesaron, pero no lo sentí como la primera vez, le faltaba un toque más salado, pero aun así seguí bebiendo hasta beber 1/3 de la botella para después guardarla en la nevera. Esa noche conseguí dormir sin los pensamientos de la noche anterior, conseguí dormir mejor que todos los demás días y eso me sorprendió. Durante 2 o 3 días todo iba bien, tenía la rutina creada de beber un vaso de sangre por la mañana y otro por la noche, antes de dormir, pero al cuarto día algo cambió, los dos vasos no me saciaban por lo que decidí comprar sangre de pollo en vez de cerdo, pero fue en vano, los pensamientos volvieron, dejé de dormir, tenía ataques de ansiedad, mal humor, me di cuenta de que ese tipo de sangre no me valía, necesitaba otro tipo...