Introducción

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- ¡Niño, abre la maldita puerta! - Se escuchó gritar a un hombre tratando de que Harry se despertara

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- ¡Niño, abre la maldita puerta! - Se escuchó gritar a un hombre tratando de que Harry se despertara.

"Por dios, ¿no tienen algo mejor que hacer que venir a molestarme? Suficiente con lo que hago todos los días."

Eso fue lo que pensó Harry Potter al escuchar como su maravilloso tío Vernon le gritaba para que abra la puerta.

- ¡Voy! - A pasos pesados se dirigió hacia la puerta quitándole el seguro que hace unas semanas se las ingenió para armar, dejando así la puerta abierta para que se vea el grande cuerpo de tu tío.

- No quiero que te vuelvas a encerrar, ¿me oíste? - Por más que no había levantado la voz, Harry sabía que el tono que usó fue en modo de advertencia.

Agachando la cabeza Harry se limitó a decir - Sí, tío. Lo entiendo, perdón. -
Dicho esto dejó a su tío otra vez complacido al ver que el "niño" frente a sus ojos había mostrado sumisión hacia él.

"Qué asco."

Por Dios, tenía 15 años ya, y aún seguía siendo sumiso hacia esa asquerosa familia. Es por esto que el menor de ojos esmeralda odiaba tanto sus vacaciones, debía verles la cara otra vez a la familia que le hizo la vida imposible desde que llegó allí.

- Quiero que estés abajo en menos de cinco minutos, Petunia y yo debemos decirte algo, niño raro. - Harry no tuvo tiempo a contestar ya que Vernon ya había salido de la habitación dejándolo solo.

Harry al caer en cuenta en lo que le dijo su tío, creyó que por fin sería algo bueno, y que no lo mandarían con su fastidioso primo Dudley a pasar el día para que su adorado hijo no se aburra.
Era algo realmente horrible para él, ya que el único que se divertía ahí era Dudley, lo molestaba con cada cosa que hiciera.

Dejando eso de lado, el menor se dispuso a cambiarse rápido, poniéndose sus característicos lentes y unos zapatos para ya bajar.
Cuando por fin estaba en la escalera, escuchó a su tía Petunia y su tío Vernon hablar sobre él en un tono algo elevado.

Eso asustó a Harry.

"¿Qué está pasando?"

Bajó algo temeroso las escaleras para caminar hacia la cocina, pasando así la alacena donde hasta hace un dos años más o menos vivió allí.
Qué malos recuerdos sin dudas. Rezaba cada día para que no vuelvan a dejarlo viviendo en ese pequeño y horrible lugar. A pesar de tenerle una especie de cariño, realmente no quería volver a vivir ahí.

Cuando por fin llegó a la cocina, vió su tío sentado en una de las sillas que acompañaba a la mesa, y a su tía parada con los brazos cruzados y una expresión algo extraña en su rostro.

- Siéntate, niño. Tenemos que hablar de algo muy importante. - Harry escuchando esto, hizo caso y se sentó en una de las sillas frente a Vernon.

-¿Q-Qué sucede? - Preguntó con algo de miedo. Maldición, ya era grande, ¿por qué tartamudeo así?

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⏰ Última actualización: Feb 15 ⏰

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