✧ Egoist

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Matías caminaba apresurado por las calles empapadas de la ciudad, tratando de llegar a casa antes de que la tormenta se intensificara, La lluvia golpeaba su cabeza mientras escuchando Miley Cyrus, con las manos en los bolsillos y la mochila en el frente para que no se mojara tanto. Sin embargo, el cielo decidió desatar su furia justo en ese momento. Matías se refugió bajo un árbol, pero la lluvia lo alcanzó rápidamente, empapándolo por completo.

Justo cuando le iba a pedir a Fran si podía pasar a buscarlo, la pantalla del teléfono se apagó, su celular se había quedado sin carga.
Miró a su alrededor en busca de algún refugio temporal y rápidamente corrió bajo el alero de un edificio.

- Puta madre - maldijo Matías mirando al cielo. ¿Algo más quería pasarle ese día?

- ¿Qué haces acá? - pregunto una voz conocida que lo hizo estremecer, fue entonces cuando vio a Enzo.

- ¿Vos me estás siguiendo a mi? - preguntó el chiquito con cara de amenazante

- Me parece que es al revés - replicó Enzo aguantando la risa por la expresión tierna de Matías, dejando palmaditas en su cabello mojado - ¿Te agarró la lluvia, chiquito?

- Te pareció corazón - dijo sarcástico Matías acercándose al final del toldo de metal para tantear la lluvia con la mano - Se suponía que hoy no iba a llover, ahora estoy en la concha de la lora y no tengo carga...

Enzo se quedó parado viendo a Matías, con el cabello mojado por lluvia, los ojos iluminados por los faroles de la calle y la campera enorme con la que lo vió por primera vez.
El morocho observaba atentamente como su pecho subía y bajaba con sus respiraciones lentas, como sus pestañas descansaban en sus mejillas cuando entre-cerraba los ojos por el cansancio, como las gotas que caían de sus mechones delimitaban sus pomulos y desaparecían en su barbilla, esa carita preciosa que lo había hipnotizado en la parada del bus y ahora también.

- ¿Querés ir a mi apartamento? - Soltó sin pensarlo mucho

- ¿Eh?

- Perdón... se me escapó - respondió el más alto algo avergonzado rascándose la nuca.

- ¿Vivís cerca? - enseguida preguntó Matías acercándose entusiasmo - Te juro que si me dejas cargar mi celular te construyo una estatua

- Vivo a un par de cuadras, en 5 llegamos -

Matías y Enzo caminaron juntos al apartamento casi en silencio, simplemente disfrutando de la cercanía del otro.
Cuando el morocho abrió la puerta, Matías se quedó asombrado de lo grande y bien cuidado que se miraba. El piso de madera brillante en conjunto con las paredes blancas y los muebles modernos hacían que el espacio se sintiera sobrio y acogedor, muy propio de Enzo.

- Wow - Matías admiraba todo desde la entrada.

- ¿Te gusta? - Preguntó Enzo con una sonrisa

- Es enorme, aparte re ordenado - Matías se acercó al sillón para tener mejor visión de todo - ojalá yo

Enzo, que estaba apoyado en el marco de la puerta, analizó a Matías de arriba a abajo, tenía unos converses negros, un pantalón ancho que se le había pegado al culo por la lluvia y le daba la perfecta representación de lo que había debajo, pero sobre todo traía esa campera enorme que tantas ganas tenía de sacarle.
Apartándose de sus pensamientos más impuros, el mayor entro a la habitación, siguiendo a Matías y cerrando la puerta.

Ya un rato después, entre charlas y risas, Matías se había olvidado de su entorno por completo.
La lluvia afuera seguía cayendo con fuerza, pero dentro del departamento de Enzo, Matías se sentía cálido y seguro.

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⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

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