i love you every day # kookmin.

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Sun Hee, madre de Jimin recordaba como muchos años atrás, su bebé se recostaba o en algunas ocasiones acariciando la barriguita de su mejor amiga; quién no sé oponía a que la mimaran de aquella manera y mucho menos a su vientre.

Fueron repetidas las veces en las que había encontrado a su cachorro al costado de su amiga mientras intentaba balbucear cosas sin sentido y melodías adorables cada que la visitaban.

Ambas solo sonreían enternecidas hasta que llegó un día el cual él menor solo no sé quería separar del vientre de Yunna. Y como sorpresa ese día, un primero de septiembre nació un nuevo cachorro.

Cuando el lindo niño de cabellitos rubios lo pudo visitar ya en casa, lo abrazó dejando besitos en la mejilla del bebé viendo cómo este abría sus ojitos para mirarlo.

Ese día ambas madres habían comprendido que ambos quizá eran almas unidas y por ello todo el apego que tenía el niño de siquiera dos añitos era tan apegado desde el principio. Aunque, ninguna podía decir nada aún, porque ninguno de los dos aún entraba se presentaba, y también estaba el hecho de que el bebé era muy chiquito aún.

A lo largo que ambos cachorros fueron creciendo, SunHee con su esposo Hyun-Sik recibieron una noticia no muy buena y a la que nunca pensaron que se enfrentarían. Siempre recordarían aquellas palabras que el beta les dió cuando atendió a su hijo.

"ㅡ Di un chequeó rápido para Jiminnie y detecte ciertos comportamientos que me hacen sospechar... Les pediría que lo trajeran estás semanas para examinarlo y poder dar un diagnóstico completo. Pero lamento decirles que sospecho que Jimin... Puede tener TEA. Los ataque por los que ustedes lo traen no están siendo casuales, Jiminnie aún es un cachorro y puede que podamos notar como está su lobo y su parte humana." ㅡ esas fueron las palabras que mencionó el pediatra personal de Jimin. En su décimo ataque. Solo unos cuantos días después les dió a conocer definitivamente el diagnóstico.

Su hijo tenía TEA, Transtorno espectral de autismo.

Y aunque la enfermedad no les afectaba tanto el gran amor que le tenían a su cachorro, sabían que en el futuro sería tal vez los betas, omegas o alfas se alejarían de el por ello. Pero lo cuidarían aún sabiendo que su hijo no era nada débil, ellos lo cuidarían como su mayor tesoro y le enseñarían a ser fuerte.

Los años solo pasaron y JungKook, hijo de los Jeon y cachorro de la mejor amiga de Sun Hee, pasaba más tiempo con Jimin, tratando de jugar con él. Ambos se divertían con tranquilidad y de ves en cuando él habría podido ver como los ataques afectaban a su hyung. Siempre el gran dolor de no poder hacer algo se presentaba en él, pero cuando los ataques pasaban él estaba allí para mimarlo.

Pronto esos sentimientos evolucionaron.

Se enamoró.

No hace falta decir que su hyung lo tenía plenamente enamorado. ¿Cómo no hacerlo? Si con tan solo con sonreírle o dejarse abrazar unos minutos podía sentir a su hyung jugar con él o con su ropa y nada que decir de su lobo que llevaba a inquietarse buscando algo.

Jimin tomaba terapia y él lo acompañaba en la mayoría de ellas, así podía enterarse un poco más de lo que pasaba, también aprendió a como poder controlarlo con música, colores, breves, pero lindas conversaciones, cantándole o abrazándole.

Él siempre cuidaría a su hyung pase lo que pase.

Sin embargo, a veces era al revés.

Jimin llegaría a acariciar sus cabellos cuando sacaba buenas notas. Y aprovecharía para olfatearlo; también le dejaba besitos en su mejilla.

Cuando ambos se se presentaron en jerarquía de alfa, beta u omega, Jungkook rogaba que su Minnie fuera un lindo omega aunque él ya podía presenciar un poco su aroma de su hyung no quería que fuera una jugada de su mente..

JiMin olería a pastelitos recién horneados con te

Los años pasaron y ahora él ya había crecido, cuidando de su hyung mientras vivía con sus padres,

Ahora JungKook era hermano mayor de dos años menor. Su madre sabría del enamoramiento que este tenía por JiMin y a veces llegaría a molestarlo en sí porque aquella mujer que le dió la vida disfrutaba de avergonzarlo mucho a lado de su Jimin. Pero, la amaba más que a nada por permitirle siempre estar con su hyung desde que estuvo en el vientre.

Muchos no hubieran querido eso para sus cachorros.

Tenía el apoyó, entonces amaría y cuidaría a su hyung todos los días. Sin importar las horas, él siempre estaría dispuesto a estar con el lindo omega de ojitos ámbar que lo tenía loco y enamorado.