Amantes pero, y el corazón del otro?😿

120 7 1
                                    

Se podía ver como se encontraba Gustabo guardando su uniforme en su taquilla porque acaba de salir de servicio, antes de que pueda retirarse de la zona de los archivos y poder retirarse de la comisaría, llega Horacio con una gran sonrisa acercándose a su "hermano" para poder saludarlo y hablar un poco antes de que el de cresta le diga al rubio.

- Mira lo que me regaló Conway -
Dice el de cresta color púrpura llamativo, mostrándole al rubio el collar de perlas que desde hace tanto tiempo quiso tener, el rubio solo sonreía mirando el collar que le había regalado la pareja del de cresta, estaba algo celoso de que Horacio tuviera públicamente a Conway pero, el era y será el único que podrá satisfacer a Conway y este último solo lo ama a él, no a Horacio, no a su ex esposa, no a la malla, ni a su misma vida, Conway solo amaba y ama al rubio.

- Es muy bonito, al parecer el viejo al final de todo, si que tiene sentimientos -
El rubio tiene una sonrisa falsa que era para el cresta la más sincera sonrisa que le ha dado su hermano desde hace tiempo.

- Oye perla, y si salimos al Vanilla? -
Pregunta sonriente el de orbes verdes mirando directamente a los ojos a su mejor amigo, el esperaba que este si quisiera acompañarlo en aquel lugar, mejor dicho, ese lugar era un tipo de striptease combinado con un antro con todo tipo de alcohol, que, sabía que a su hermano le encanta ese tipo de lugares y más si es el Vanilla.

- No puedo, Horacios, tengo que hacer algo importante, será para la próxima -
Dijo el de orbes azules mirando al de cresta, y este último solo dijo un "ok" algo triste pero, el rubio le prometió que podían ir ese mismo viernes, intentando que su hermano vuelva a su mismo actitud enérgica que antes tenía, para después despedirse del de orbes verdes y salir de comisaría dejando solo al de cresta.

El rubio se encontraba enfrente de su departamento que, para ser más específicos, Conway le pagaba la renta al rubio por el simple hecho de que eran una pareja en secreto pero, su relación había empezado cuando el pelinegro estaba con el de cresta, así que, se podía decir que, su relación seria de "amantes enamorados" bueno, dejando eso un poco de lado, Gustabo entra a su departamento que se encontraba en una zona privada de la ciudad y que era la misma donde vivía Conway con Horacio, ya que sería más fácil de ocultar sus encuentros de noche- día, el rubio entra directamente a su habitación para acostarse en ella para intentar dormir pero, no podía cerrar los ojos porque veía el collar que dijo el de orbes verdes que le había regalado Conway, y el rubio al no poder soportar la idea de que posiblemente esa "parejita del ojete" como los llama Gustabo estuvieran follando, así que, el cegado de celos con algo de euforia, toma su teléfono para entrar a la camara y empezar a grabar para que después se alejara del teléfono dejando ver todo su cuerpo.

Para empezar a quitarse una por una las prendas de ropa que tenía puesta, hasta estar completamente desnudo enfrente de la camara, para darse la vuelta y arrodillarse al último cajón de su closet donde guardaba su ropa, abriendo el cajón dejando ver una caja y sacando la caja del cajón, el rubio se voltea nuevamente a la camara abriendo lentamente la caja, para sacar de este un lubricante junto a demás cosas que usaba con Jack para satisfacerlo, junto con ello, saco un "anillo vibrador" para después alejar lo suficientemente la caja de el, para llenar sus dedos con el lubricante sabor fresa para que despues abra completamente sus piernas, sintiendo un olor algo sofocante y abundante a sexo aunque esté solo en ese momento, un solo movimiento con su mano para meter tres dedos dando un gemido por la introducción de este, después de unas cuantas estocadas con sus tres dedos en su interior saque de su interior sus dedos para después mirar nuevamente a la camara para empezar a lamerlos lentamente y de manera seductora.

Después se acerca gateando a su teléfono para terminar ese vídeo que duraba unos veinte minutos, para entrar a WhatsApp y buscar entre todos sus contactos a Conway, cuando lo encuentra y viendo que estaba en línea le manda el vídeo que acaba de grabar, con un emoji de fresa para que después de unos segundos el pelinegro le mandara un mensaje diciendo "Voy en camino" sacándole una sonrisa socarrona al ver que vendría a verlo solo y únicamente a él.

Ahora, el rubio se encontraba en la cama, con saliva en los labios, en sus piernas y en su trasero junto con mordidas, sujetándose de las sábanas mientras sentía como el pelinegro le daba un azoton en una de sus nalgas haciendo que está se volviera de un rojo más llamativo por los recientes azotones que ha estado recibiendo de su jefe, también se encontraba gimiendo y casi gritando de placer mientras que de sus orbes azules salían abundantes lágrimas del placer y algo de dolor que estaba sintiendo en ese momento, sentía ardiendo su ano rosado porque su jefe desde que había llegado no había dejado de darle estocadas rudas y salvajes, y de igual manera sentía arder sus labios por las mordidas que habían hecho que se abriera unas leves heridas en sus labios, estuvieron así por un largo tiempo hasta que al pelinegro le dió la gana "terminar" adentro de su protegido, los dos se miraron.

Después de que se vean, se acostaron juntos para dormir un poco después del sexo salvaje que acaban de tener pero, se escucha el timbre del departamento del rubio y este le dice a Conway que el abra la puerta porque después de aquella follada de forma animal proveniente del pelinegro, sentía sus piernas temblando, así que, el pelinegro se levanta de la cama algo mareado porque aún seguía en el aire ese olor que tanto le fascina a los dos, este solo se pone su pantalón sin ponerse su ropa interior y sale de la habitación del rubio, camino en dirección a la entrada del departamento y con desdén abre la puerta encontrándose a un sorprendido Horacio con una botella de tequila en su mano derecha.

- Conway?... Joder, dime qué no lo hiciste con mi "hermano" -
Dijo entre lágrimas pero con una sonrisa que tenía esperanza en ella, tenía enfrente suyo a su pareja desnudo del pecho, estaba sudando y tenía un olor que el reconocía muy bien.

- Lo siento, yo... Yo si quería follar con Gustabo -
Con voz algo pero no tanto apenada dice Conway, mirando como Horacio rompía a llorar dejando caer la botella de tequila al suelo, y está por obvias razones se rompió en miles de pedazos combinados con el líquido.

Dos corazones juntos, uno roto por una traición de estos corazones.

Que triste, no?

Lindo RubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora