Un nombre desconocido, un rostro indescifrable, y una mirada que perforaba hasta la médula.
Derick no sabía nada de él, excepto que le había atado las manos y lo había metido a la fuerza en su auto.
¿Un secuestro? ¿Un escape? ¿O algo mucho más siniestro?
Cada latido de su corazón se aceleraba con el miedo, cada latido era un eco del peligro que se cernía sobre él. Sus manos, atadas con una cuerda áspera, le recordaban la vulnerabilidad que lo consumía. El hombre misterioso se había presentado como un ángel salvador, pero la oscuridad que emanaba de él era tan tangible como el acero frío de la pistola que descansaba en su regazo.
Derick no sabía qué lo esperaba, pero una cosa era segura: el infierno lo aguardaba.
Un infierno de seducción y violencia, de deseos ardientes y tormentos inimaginables. Era una danza peligrosa, una danza que le robaría el aliento y lo obligaría a cuestionar su propia supervivencia.
¿Podría escapar de las garras de su captor?
¿O se perdería para siempre en la vorágine de un deseo peligroso y descontrolado?
“Bienvenidos, presas”.
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Depredador ©
Любовные романыUn rostro indescifrable, una mirada que quema. Derick no sabe quién es su captor, pero cada latido de su corazón le susurra que el peligro se acerca. Atado y a merced de un hombre que promete un infierno personal, se debate entre la esperanza de esc...