La aterradora alarma otra vez, a la misma hora de siempre. Me levanté sin ganas, apagando el despertador con fuerza, cada día me desesperaba más. Me dirigí hacia la ducha, intentando despejarme, despertarme y parecer una persona. Lo único que me aliviaba estos días era pensar que me quedan dos semanas de horribles, largas y pesadísimas clases.
Salí de la ducha, dirigiéndome a mi armario. Me puse unos shorts claritos, y una sudadera adidas, me até mis air force con mucha lentitud, el mismo ritual de cada mañana. Maquillé mi cara y mi herida, como de costumbre, mi padre ya había aflojado su mano contra mi cara, contra la mía y contra la de Brad, mi hermano. Me hice una coleta y bajé a desayunar.
- Buenos días Brad. - le dije a mi hermano sonriendo y abrazándole.
- Buenos días pequeña. - respondió dando un beso en mi frente.
Me senté a tomar el desayuno y hablando animadamente con él, siempre anima mis mañanas, es lo mejor que tengo, junto a Michael, Calum y Valeria.
- ¿Te llevo a clase? - me preguntó.
- Viene Michael a por mí, debe de estar al llegar, luego te veo. - dije besando su mejilla.
- Cuídate, te veo por la noche, hoy trabajo con Ash. - me dijo.
- Está bien, dale besos de mi parte. - sonreí cogiendo mi mochila y saliendo de casa.
Puntual como siempre, Michael estaba plantado en mi puerta con su coche, nunca falla.
Subí al asiento del copiloto abrazando a mi mejor amigo.
- Buenos días pelirrojo. - sonreí.
- Buenos días fea. - me respondió riendo.
- Me gusta tu pelo así. - le dije.
- A mí también, tal vez lo deje así como definitivo. - decía mientras conducía hacia el instituto.
Pusimos música durante todo el camino, cantabamos a ritmo de "something big", de Shawn Mendes, mi mayor ídolo. Amo estos ratos con mi mejor amigo, aunque duraban poco, en menos de diez minutos estabamos en la puerta del instituto.
Suspiré y salí del coche, andando al lado de Mike hacia la entrada del instituto.
Pasé por la puerta intentando evitar esa intimidante mirada azul, él estaba apoyado en la pared, vestido de negro como siempre, con su piercing en el labio y su pelo rubio hacia arriba, ese chico solitario y raro que nunca quitaba su mirada de mí; el misterioso Luke Hemmings.Sus ojos me recorrían de arriba abajo todos los días, cada vez que lo hacía un escalofrío recorría mi cuerpo, siempre intento no pensar en ello, me ponía muy nerviosa. Desvié mi mirada en busca de Calum, por suerte fue mi fácil encontrarle.
- ¡Cal! - grité saludando con mi mano.
- ¡Hola Brooke! - me dijo sonriente caminando hacia mi.
- Te estaba buscando, ¿vamos juntos a clase? - pregunté mientras le abrazaba.
- Vamos. - asintió él rodeando mis hombros y caminando hacia clase.
Entramos en el aula, cogiendo nuestro sitio de siempre y sacando los libros mientras el profesor entraba en clase y cerraba la puerta.
- Bien, sacad vuestros libros y empezar leyendo la página 134. - dijo el profesor de literatura.
Alguien golpeó la puerta tres veces, entrando en clase, no me molesté en mirar quien era, me daba igual.
- Perdón, ¿Puedo pasar? - dijo una voz grave que me puso la piel de gallina. ¿No será..?