Fuí a mi casa caminando, ya que Calum había quedado con una de las miles de chicas con las que solía tener sexo, y Michael tenía una hora de castigo por dormir en clase.Llegué a casa dando un enorme portazo, estoy enfadada por culpa de Luke, enfadada y asustada por lo que sea que me vaya a esperar esta tarde.
- ¿Qué ha sido ese portazo? - gritó mi padre desde arriba. Mierda.
- Soy yo, Jeremy. - dije. No puedo llamarle papá, para mí no lo es.
- Ten más cuidado, imbécil, me has despertado, al final tendré que enseñarte a abrir las puertas con cuidado. - dijo malhumorado.
Me callé y subí hacia mi habitación, cambiandome de ropa para volver a irme en apenas una hora.Fuí al armario poniendome un polo de lacoste rojo y unos jeans ajustados, con mis air force. Dejé mi pelo suelto y llamé a mi hermano, él me relajaba.
- ¿Hola? - respondió alguien en el otro lado del teléfono.
- ¿Brad? - pregunté.
- Oh, no, Brooke, soy Ashton. - dijo.
- ¡Ash! ¿Cómo estás? - dije feliz de poder hablar con él.
- Muy bien pequeña, lleno de trabajo. Tu hermano ahora no puede hablar, ¿Quieres que le diga algo? - me preguntó.
- ¿Puedes decirle que me llame luego?
- Sí, ahora se lo digo. Cuelgo, luego te hago una visita, te quiero. - dijo Ash colgándo.
Miré mi reloj, las 17:28. En dos minutos tengo que estar en esa esquina, dónde se supone que estará el misterio de ojos azules esperándome.
- Jeremy, voy a salir. - dije.
- Cómo si te mueres, te puedes ir al carajo. - gritó. Rodé los ojos.
Bajé a la calle, llendo hacia la esquina dónde me había obligado Luke a ir, allí estaba él, apoyado en una moto, todo de negro, con una chaqueta de cuero y unas gafas de sol; me acerqué despacio pero firme.
- Ya estoy aquí. - dije con voz temblorosa.
- Vaya, pensaba que no ibas a venir y tenía que obligarte a bajar. - dijo arrogante.
- Estoy aquí, ¿Qué coño quieres? - pregunté.
- Sube a la moto. - me ordenó.
- ¿Dónde vamos? - volví a preguntar.
- Eres muy molesta, Collins. Sube de una puta vez. - dijo serio.
Subí a la moto a pesar de mis pocas ganas, me aferré a la cintura de Luke y él arrancó a toda velocidad. Estuvo recorriendo calles y calles durante una hora, creo que habíamos salido de la ciudad, al menos de la zona que yo conocía. ¿Dónde me llevará?
Paramos frente a un bar viejo y lo que se podría suponer que estaba abandonado, no había un alma en kilómetros.
- ¿Por qué me traes aquí? - Me dirigí a él.
- Toma. - me entregó un maletín. - Vas a entrar a ese bar, vas a preguntar por Tom, te pasarán a su despacho y tú le darás esto, después de darselo le dirás que aquí está la deuda de Luke, y que ya puede dejarme en paz. No le dejes contestar, vienes directamente aquí y nos largamos. ¿Has entendido?
Asentí. - ¿Pero por qué tengo que hacerlo yo?
- Porque sí, entra, Collins. Te doy cinco minutos, si no traes tu culo de vuelta me iré sin ti. - dijo serio.
Resoplé y caminé despacio hasta la puerta del bar, sonó una pequeña campanilla y un chirrido mientras se abría, provocó que un señor mirase hacia mí rápidamente. Me dirigí a él.
- ¿Puedo hablar con Tom? - pregunté titubeando.
- ¿De parte de quién? - dijo sorprendido.
- Luke, Luke Hemmings. - respondí.
El chico abrió más aun los ojos, sin decir nada me señaló una puerta, supongo que ahí se encontraba el tal Tom; asentí y fuí hacia aquella puerta, abriéndola de golpe.
Me encontré con un hombre enorme, con una barba larga y blanca y el pelo lleno de canas, llevaba gafas de sol, y estaba fumando un puro. Cuando entré del todo en la habitación, bajó sus gafas hasta dejar al descubierto unos ojos azules, parecidos a los de Luke, llenos de ojeras.- Quién eres y a que has venido. - dijo el hombre.
- Vengo a darle esto, de parte de Luke Hemmings, aquí está su deuda, ya puedes dejarle en paz. - dije exactamente como mandó, dejando el maletín en la mesa y dándome la vuelta.
El lo abrió, dejando ver un gran maletín lleno de dinero, debía ser una enorme deuda.
- Un momento, preciosa. Aquí no está todo lo que me debe. - dijo levántandose. Yo me paré en seco. - ¿Él no puede venir solo, tiene que mandar a su noviecita?
- No soy su novia. - dije apretándo los puños.- ¿Has venido con él? Juro que si está aquí le mataré. - Preguntó agarrando mi muñeca y dándome la vuelta.
- No. - Dije cubriéndole.
- No mientas, perra. - gritó.
- Déjame irme. - supliqué.
- ¡¿Luke Hemmings está fuera o no?! - Me volvió a gritar agitándome.
- ¡Te estoy diciendo que no! - chillé.
- Mientes, sé que mientes, nos vamos a quedar aquí hasta que aparezca tu noviecito. - amenazó.
- No es mi novio, y no está aquí. - dije mientras Tom me ataba a una silla y me ponía un cuchillo en el cuello.
- Muy bien, entonces te mataré a ti en vez de a él, por que aquí no está todo lo que él me debe, y le avisé de que le mataría. - rió. Cerré fuerte los ojos, sintiendo el cuchillo en mi garganta.
- ¡Qué coño estás haciendo Tom! - chillaron desde la puerta. Tom quitó el cuchillo de mí y miró hacia la puerta; nunca me había sentido tan aliviada al oír su voz.
- ¡Dame todo lo que me debes! - gritó el hombre.- ¡Está todo, ahora suéltala y déjame en paz! - dijo sacándo una pistola de su pantalón. Abrí los ojos como platos.
Tom rió. - ¿Crees que me da miedo tu estúpida pistola? Si tu disparas, yo mato a tu chica.
- Suel ta la. - dijo separando las sílabas.
- Tira la pistola. - ordenó. - Tírala ya.
Luke tiró la pistola, la cual cogió Tom.
- Bien, chico obediente. Ahora, ¿Dónde está lo que me debes? - dijo.
- En ese puto maletín está todo, no pidas más porque no te lo voy a dar. - avisó Luke.
- Sí, claro que me lo darás. Tú dejaste de trabajar para mí, y te dije que eso traía consecuencias. Hoy no os mataré porque estoy feliz. - rió irónico. - Te veo en las carreras, Hemmings.
- Ya veremos. - respondió Luke.
Se dirigió a desatarme y me cogió del brazo, sacándome de allí. Montamos en su moto sin decir nada, casi muero por su puta culpa, no sé como sentirme después de esto. Quería matarle por haberme hecho esto y abrazarle por haberme salvado.
Llegamos a la puerta de mi casa, bajé sin decir nada, aún estaba algo asustada por todo esto.
- Buenas noches, eh. - dijo Luke arrogante.
- Muérete, Hemmings. - le saqué el dedo mientras andaba.
- ¡Te he salvado la vida! - gritó.
- ¡Y por tu culpa han estado a punto de matarme! - grité sin molestarme en darme la vuelta, abrí la puerta de casa y subí sin hacer ruido a mi habitación, poniendome el pijama y sentándome en la cama, pensando en que en tan solo un día con Luke, casi muero.
"alejate de él, Brooke, hazlo"
Mi conciencia hablaba, hablaba y volvía a hablar mientras yo caí en profundo sueño.