El día que conocí a mi amado jamás se me olvidará. Nuestro vínculo empezó siendo de amigos, colegas marinos que siempre se juntaban a reír y a tomar para contarnos de nuestras mejores y peores aventuras. Nos apasionaba tanto el mar y las sirenas por igual, de hecho me confesó que solamente se había enamorado una sola vez en su vida y fue de una de ellas. Le hice burla durante mucho tiempo diciéndole que seguramente era Ariel de la sirenita. Siempre que nos juntábamos extrañamente el cielo y el mar estaban tan azules que no se sabía dónde empezaba uno y dónde terminaba el otro.
Teníamos horas de estar en silencio donde solamente contemplamos el mar, nunca había silencios incómodos entre nosotros.
Un 12 de octubre, fui a su barco ya que me dijo que lo pinto y decoró de una nueva manera y quería que lo fuera a visitar. Ese día hacía más calor de lo normal, por lo que fui solo con un vestido blanco muy cómodo y mis botas que le saque a mi hermana mayor sin que se diera cuenta. Mi pelo estaba atado con un moño muy desprolijo para no perder la costumbre de seguir siendo yo. A cara lavada y con una sonrisa entre al barco para verlo feliz como siempre, porque si de algo se caracteriza él es en su felicidad, con barba y vestido de una manera cómoda y fresca también, pero con su chaleco de cuero negro que nunca le puede faltar.
La semana pasada había cumplido 24 años, y por estar navegando con mis hermanas no pudimos encontrarnos, así que lo fui además de para conocer su nuevo lugar donde viviría muchas aventuras, a felicitarlo. Le regale un Halcón café con negro y un poco de blanco para que sea su nueva compañera se aventuras.
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Dejo mi arte escribiendo lo que sea 🌷
Short Storyun poco de esto, un poco de aquello ♥