Euforia -COMPLETO-

Capítulo 20

Ludo Bagman no había estado bromeando cuando dijo que Hagrid haría crecer los setos del laberinto de hasta veinte pies de altura. Según la estimación de Harry, eran incluso más altos que eso.

El campo de Quidditch había sido ampliamente renovado desde la última vez que Harry había estado allí. Mentiría decir que no había echado un vistazo en el mes ya que a todos se les había dicho sobre la tarea, pero la última vez que miró, dijo, los setos no habían sido la mitad de altos, y no había ninguna pista sobre ninguno de los contenidos del laberinto.

Había varios miles de ocupantes en el estadio, solo una cuarta parte de los cuales eran en realidad estudiantes. Como era el final del Torneo, cualquiera que no fuera estudiante y quisiera venir, podía comprar un boleto, aunque muchas personas tenían invitaciones personales. Los Weasley estaban allí, apoyando a Harry, mientras que las familias de Fleur y Viktor también estaban allí. Luego estaban los trabajadores del Ministerio, que sumaban unos cien, con muchos Aurores proporcionando seguridad. Estarían patrullando el exterior del laberinto, esperando cualquier emergencia que pueda surgir.

Con todas las personas reunidas, había varios vendedores aprovechando. Fred y George, por supuesto, habían hecho muchas apuestas, pero incluso más que eso, había magos vendiendo omnioculares, dulces, bebidas e incluso pancartas que apoyaban a los tres campeones diferentes. Fue surrealista ver una bandera con su propio nombre, pero Harry no estaba realmente sorprendido. Era muy comercializable, pero había una extraña zona gris porque era menor de edad y no había dado permiso para usar su imagen. Esa mercancía limitada a recuerdos estrictamente relacionados con el torneo.

Harry apenas escuchó mientras Ludo Bagman anunciaba la tarea a la multitud reunida. Viktor estaba en primer lugar con puntos, así que primero iría al laberinto, y luego Harry entraría poco después. El último sería Fleur. La primera persona en llegar a la Copa Triwizard que se encontraba en lo profundo del laberinto ganaría. Harry sabía todo eso y había pasado todo el mes preparándose.

A decir verdad, Harry había gastado incluso más que el último mes en preparación. Todo el año había conducido a este momento. Había comenzado como un ejercicio mental, preguntándose cómo sería ser elegido como el Campeón de Hogwarts. Había salido y roto con Lavender Brown por el hecho, solo en un intento de explorar fuera de su zona de confort. Expuso tanto a un animagus ilegal como a un Mortífago disfrazado de profesor. Luego, comenzó a salir con la chica más atractiva que había visto. Y había aprendido más magia este año que los tres años anteriores combinados.

No hace falta decir que había sido agitado, pero aún no había terminado. Harry no quería nada más que ganar el Torneo. Odiaba ser famoso por algo de lo que tenía poco recuerdo y pocas opciones. Quería desesperadamente ser conocido por su propia habilidad y habilidad. Y Harry sabía que los otros dos campeones querían exactamente lo mismo.

No se trataba del oro, y ciertamente no se trataba de la gloria. Se trataba de sofocar a los detractores y mostrarle al mundo que no era una casualidad. Y, si lo peor de alguna manera sucedió y no ganó, tenía un premio de consolación porque estaba saliendo con Fleur Delacour. Todavía no sabía qué pasaría después de que terminara el año escolar, pero el suspenso de no saberlo era un poco emocionante.

Sonó un silbato que sacó a Harry de su ensueño. El profesor McGonagall estaba parado en la entrada del laberinto y le pedía a Viktor Krum que entrara al laberinto. El sonido de la multitud era casi ensordecedor cuando se anunció el nombre de Viktor, y con un gesto sombrío, el búlgaro sacó su varita y entró en el laberinto.

Al entrar en el laberinto, Viktor parecía pequeño. Las paredes del seto eran cuatro o cinco veces más altas que él, pero el ancho del pasaje no podía tener más de tres pies de ancho. Harry se estaba volviendo claustrofóbico solo mirándolo.