𝐻𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃𝑜 𝒹𝑒 𝒮𝓉𝒶𝒸𝓎

𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 3: 𝒇𝒊𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒆𝒂ñ𝒐𝒔 :Đ)

Ah, febrero. El mes de vientos grises y fríos, el Día de San Valentín olvidado por Dios y, por supuesto, el cumpleaños de su querida hermana.

Stacy siempre estaba orgullosa de que su cumpleaños fuera el día de San Valentín. (Significa que he sido bendecido con amor verdadero, Michael.) Pero no solo encontró que esta fiesta era estúpida (si amas a alguien, es mejor que lo demuestres todos los días, no solo con una cita al azar y una caja de chocolates baratos), sino que nacer ese día es aún más estúpido (no es una bendición, todos sabemos que el condón de papá se rompió).

Pero como este año era el cumpleaños número 18 de Stacy, la fiesta en la casa que estaban organizando no solo tenía alcohol de flujo libre (a diferencia de la escasa cantidad de champán de la última vez), sino que sus padres incluso permitieron que "las cosas buenas" estuvieran abiertas. Eso significaba que se servía whisky, tequila, ron, ginebra, etc. de primera calidad a un grupo de adolescentes. Eran alemanes, así que la cantidad de alcohol fue como un martes divertido para ellos. Bueno, la mayoría de ellos eran alemanes...

Entonces Yoichi Isagi se sentó en el taburete de la cocina, escondiéndose del resto de la vibrante fiesta que todavía se desarrollaba afuera en el comedor y la sala de estar. Al personal de cocina no le importó su presencia, y simplemente se movió a su alrededor y continuó con su trabajo. Estaba tomando su segunda copa de vino, pero su rostro ya estaba enrojecido de un rojo intenso, los ojos nublados y desenfocados.

Si supiera que esto sucedería, Michael no entraría en la cocina. Yoichi ni siquiera era consciente de lo tentador que era en ese momento. Los botones superiores de su camisa se abrieron para aliviar el calor que le producía el alcohol, esas clavículas afiladas y mordibles asomaban a través de ellas. Sus labios, regordetes y sonrosados, brillaban ahora con el brillo del vino, y Michael sólo podía imaginar lo embriagador que debía ser probarlo.

Cómo podía ahogarse en esos grandes ojos azules, ahora aturdidos y soñadores, mientras la lengua de Yoichi exploraba su boca. Cómo se rendiría y dejaría que ese cuerpo cálido y enrojecido encajara perfectamente sobre él. Sintiendo que el alcohol persistía mientras su sangre corría y su piel se tocaba, todas las formas en que esos largos y bonitos dedos de Yoichi podían tocarlo y profundamente donde podían llegar. Y el calor de las bocas de sus estómagos ardía mientras molían y...

Vale, Michael no entraba en la cocina, sino que corría a toda velocidad hacia ella, solo para ver esa bonita cara roja durante un precioso segundo más.

Su imaginación estaba un poco más desquiciada hoy, pero Michael culpó al alcohol y a Yoichi.

(Ok, Michael Kaiser puede hacerlo. Pasó las pruebas del equipo juvenil del Bastardo München. Se estaba convirtiendo en el mejor delantero de fútbol profesional. Todo lo que tenía que hacer era ignorar al borracho y guapo hombre, robar el buen whisky antes de que a nadie se le ocurriera probarlo y esconderlo para sí mismo, y luego seguir su alegre camino).

Así que Michael caminó casualmente hacia el bar, ignorando a Yoichi, y sacó la botella cuando todos estaban demasiado ocupados con la fiesta como para preocuparse.

"Michael Kaiser... ¿De verdad me odias tanto?" Dijo Yoichi, arrastrando las palabras. Esos ojos grandes y redondos lo miraron, y el aliento de Michael se le cortó por la garganta.

"¿De qué estás hablando, Yoichi?" Michael se burló, agarrando la botella con fuerza. Gracias a Dios, la gran mesa de la cocina dejaba un amplio espacio entre ellos.

– Stacy me dijo que me habías preguntado por mi horario y cuándo estaría en tu casa. Lo hiciste para evitarme, ¿verdad? Dijo Yoichi acusadoramente, los labios deliciosamente rosados de él haciendo el puchero más tentador.