Capítulo uno

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-¿Cómo pudiste?- digo en un suspiro casi inaudible, acabo de entrar a casa, Adam entra después de mí. No me atrevo a mirarle a la cara, sé que apenas me encuentre con la mirada de éste, el chico al que ame ciegamente durante dos años, me quebrare.

Me había pasado el fin de semana anterior estudiando para mis SAT. Si quería entrar a mis primeras tres opciones de universidades, entonces debía sacrificar fiestas y tiempo con mis amigos y novio para lograrlo. Princeton, Stanford y Yale no son una meta fácil de conseguir. Todo iba perfecto hasta el lunes a la cuarta hora: clase de algebra con mi mejor amiga Ashley y la historia de lo que paso el sábado por la noche en la fiesta a la que no pude asistir. Adam se había acostado con Amber, una de las zorras de mi clase de francés.

-¡¿Cómo pudiste?!- ahora estoy gritando. Finalmente me giro encontrándome con su mirada, sus ojos verdes lucen secos y sin pisca de arrepentimiento, entonces entiendo que no le importa perderme, que nunca le importó. Me quiebro, la presión en mi pecho y el ardor de mis ojos conteniendo las lágrimas se hacen más fuertes. Mis ojos se cristalizan y las lágrimas empiezan a desbordarse, no me molesto en secarlas. Comienzo a sentir que ya nada me importa, ni los exámenes finales, ni mis SAT, y mucho menos la graduación por la que había estado tan emocionada la mayor parte del año. Ya no lo tengo y lo odio, lo odio porque lo quise y más que eso, lo ame y aun lo amo.

-Supongo que nada de lo que diga va a cambiar esto, pero...- se acerca a mi dejando pocos centímetros entre nuestros labios -¿puedo darte un último beso?- la ira se apodera de mí, no logro entender como es capaz de pedirme un beso después de lo que hizo. Antes de darme cuenta mi puño impacta contra su cara, la ira había logrado que mi delicadeza se esfumara.

-Eso es lo último que obtendrás de mi- Adam retrocede con sus manos sobre su cara. El golpe de alguna forma logra enfurecerme aún más y me veo obligada a hacer todo lo posible por reprimir las ganas de golpearle otra vez. Comienzo a sentir una especie de ardor en mi costilla derecha, exactamente donde se encuentra mi marca de nacimiento, y entonces, el calor se extiende por todo mi cuerpo concentrándose en mis manos. De un momento a otro el aire de la habitación también se calienta, y de pronto, las cortinas comienzan a incendiarse.

-¡¿Pero qué mierda?!- mi mirada se desplaza desde las cortinas a mis manos repetidas veces, no entiendo que acaba de pasar, de alguna forma siento el fuego que arde en las cortinas, en mis manos. Adam me mira perplejo y con una pizca de miedo, deduzco que el también piensa que el fuego ha salido de mí.

-Avery, ¿qué mierda fue eso?- lo que acaba de pasar no logra distraerme completamente: mis ganas de golpear a Adam siguen intactas y comienzo a sentir el calor dentro de mí volverse más fuerte, como luchando por salir. Dos segundos después toda el mobiliario de la sala de estar esta en llamas - ¡Avery detente! -

-¡No estoy haciendo nada, no sé qué es lo que está pasando! - Adam ahora luce aterrado, mira a su alrededor y se aleja a paso apresurado hasta alcanzar la puerta. De pronto un hombre extraño entra. Adam se detiene en el acto y ambos se miran a los ojos fijamente, después de un momento, Adam sale de la casa tranquilamente sin decir una palabra - ¡¿Qué... quién eres?! -

- Te lo explicare más tarde, primero limpiare tu desastre - estoy atónita. El calor que sentía en mi cuerpo baja y la marca de nacimiento ya no arde. Observo al individuo desconocido, es joven, de rulos castaños, ojos celestes y cuerpo fornido. A pesar de que lo que ha pasado me ha volado la cabeza no puedo evitar notar que es guapo - No te asustes- rulos extiende sus manos y de pronto el fuego se apaga, su concentración parece aumentar y entonces la habitación esta como nueva - impresionante, ¿no? -

Me cuesta tragar y mi respiración esta acelerada, no puedo procesar lo que acaba de pasar, no puedo entenderlo. Quiero gritar pero nada sale de mi boca. Echo a correr por la puerta trasera ¿Quién es él? ¿Cómo hizo eso? ¿Yo incendie mi casa? ¡Mi casa esta como nueva! ¡¿Cómo mierda es eso posible?!

Bajo por la escalera y veo árboles, mi casa se ubicaba a las afueras del pueblo, la distancia entre una vivienda y otra es de 500 metros y a los alrededores de esta hay un bosque, nadie escucharía mis gritos de ayuda, lo único que me queda es correr. Me adentro en él, corro tan rápido como puedo, aquí no podrá encontrarme, ¿verdad? No sé si me sigue, no quiero mirar atrás. De pronto siento unos fuertes brazos rodear mi cintura.

-¡no me mates!- grito e intento soltarme, lo logro por un momento: ambos caemos al suelo y comienzo a correr nuevamente, aún más rápido que antes. De pronto algo me detiene, ya no puedo avanzar, una especie de campo de fuerza se ha creado frente a mí. Pongo mis manos en el aire, pero ya no es aire, se siente como una pared. Me giro, el sigue ahí - por favor-

-no voy a hacerte daño- sus ojos parecen sinceros pero yo estoy demasiado alterada como para creerle, no bajo la guardia, pienso en echar a correr de vuelta a la casa pero el parece darse cuenta.

- mira- levanta su camiseta color blanco dejando ver su trabajado abdomen. Tiene la misma marca de nacimiento que yo, pero en vez de tenerla en su costilla, esta se encuentra en el lado izquierdo inferior de su abdomen, ¿cómo es eso posible? mi mano y mi vista se desplazan involuntariamente hacia mi costilla -así es, tú también la posees. Por favor, déjame explicarte- pongo ambas manos en mi cabeza y cierro mis ojos, tomo una respiración profunda y me animo a responder.

-habla-

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2015 ⏰

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